Las autoridades carcelarias de Escocia (Reino Unido) han anunciado la muerte de una presa transgénero considerada como una de las reclusas más peligrosas de esa nación, informan medios locales.
Tiffany Scott, anteriormente conocida como Andrew Burns, falleció a los 32 años en la prisión de alta seguridad HMP Grampian el jueves. El Servicio Penitenciario Escocés (SPS, por sus siglas en inglés) comunicó que no se habían establecido circunstancias sospechosas en torno al fallecimiento, que está siendo investigado.
Scott se encontró en el centro del escándalo el año pasado cuando se consideraba su traslado a una prisión femenina, en el marco de una sentencia de 2010 por atacar a una enfermera. En ese momento, se dirigió la atención al hecho de que había atacado a prisioneras y acosado a una menor, de 13 años, enviándole cartas desde la cárcel.
En 2013, un tribunal impuso una orden de restricción de por vida contra ella luego de una serie de delitos que cometió entre rejas, que, sin embargo, no cesaron.
La petición presentada por Scott para ser trasladada al ala femenina de la prisión fue desestimada en medio de la reacción pública por el caso de Isla Bryson, una mujer trans que compareció por violar a dos mujeres antes de cambiar de género.
Cuando salió la sentencia, el SPS decidió enviar a Bryson a la única prisión femenina de Escocia, no obstante, debido a la indignación pública, finalmente cumplió condena en una cárcel masculina.
El mes pasado, el SPS adoptó una nueva política según la cual las mujeres transgénero que tengan un historial de violencia contra mujeres y niñas podrán ser recluidas en cárceles femeninas si se demuestra que no representan un riesgo.