El desarrollo del conflicto ucraniano "ha tenido consecuencias paradójicas" y a día de hoy Europa occidental es la zona política que se encuentra "en la punta de lanza del enfrentamiento", señala Fiódor Lukiánov, editor jefe de la revista Russia in Global Affairs y presidente del Consejo ruso para la Política Exterior y de Defensa.
No se trata únicamente de la situación económica que enfrenta la región, sino que "ahora la posibilidad de un conflicto militar con Rusia se plantea con mucha más fuerza en el Viejo Mundo que en el otro lado del Atlántico, y Francia es la instigadora", afirma el experto.
Previamente, el presidente francés Emmanuel Macron sugirió la posibilidad de que tropas occidentales pudieran ser enviadas a Ucrania. Durante la cumbre especial sobre el conflicto ucraniano, a la que asistieron una veintena de países, el mandatario afirmó en una rueda de prensa: "Hoy no hay consenso para enviar tropas sobre el terreno de manera oficial, asumida y avalada". "Pero en términos dinámicos, no hay que descartar nada", adelantó.
Su declaración pareció ser espontánea para muchos, sin embargo, París asegura que no es así. Lukiánov destaca que, a lo largo de muchos años, Francia ha insistido en que la Unión Europea necesita "autonomía estratégica".
"Separarse del principal aliado (Estados Unidos) en el contexto de una aguda confrontación político-militar que requiere consolidación es absurda. Entonces la independencia probablemente presupone la capacidad de tomar la iniciativa en la determinación de tareas político-militares, de liderar el Nuevo Mundo, y no al revés", opina el experto.
Francia y Libia
En este contexto, Lukiánov recuerda que hace 13 años la iniciativa de que las fuerzas de la OTAN interfirieran en la guerra civil en Libia precisamente "provino de los europeos, principalmente de los franceses". Indiferentemente de las razones por las que se guió París —una de ellas consistía en vencer a un "enemigo débil" con el fin de "fortalecer tanto el prestigio general como la influencia en África"—, Washington optó por apoyar a sus aliados, pero dejar que fueran ellos los que tomaran las decisiones.
Sin embargo, EE.UU. "no podía quedarse sentado cuando la situación empezó a parecerse no a un éxito relámpago de la OTAN, sino a la crisis de Suez de 1956. En aquel entonces, París y Londres también intentaron actuar bajo su propio riesgo para revertir la pérdida de prestigio en medio de imperios coloniales fragmentados", recuerda el experto.
Washington tuvo que involucrarse en el conflicto al ver el fracaso de sus socios occidentales. En consecuencia, el objetivo fue logrado, pero pagando como precio el asesinato de Muammar Gaddafi, así como el colapso del país, que hasta el día de hoy sufre "una inestabilidad crónica". "No tiene sentido comparar esa situación con la actual, porque tanto la estructura como la escala son diferentes. Pero la militancia de Europa está ahí, por razones que no están del todo claras", señala Lukiánov.
¿Cuál es la razón?
Mientras anteriormente se intentaba evitar que la OTAN y Rusia se enfrentaran en un conflicto nuclear directo, ahora, "de repente, París habla de 'ambigüedad estratégica', de un juego astuto para confundir a [Vladímir] Putin y hacerle temer tomar decisiones debido a posibles consecuencias irreversibles. Que él tenga miedo de los próximos pasos, no nosotros", destaca el experto.
"Esto aún no se repite en otras capitales, pero está empezando a tomar forma un grupo de países dispuestos a cruzar espadas con Moscú", agrega. En su opinión, una de las razones clave de ello consiste en "la comprensión de que es la UE la que podría ser la principal perdedora en el conflicto en curso".
"La brecha entre las demandas de la población y las prioridades de la clase política se está ampliando, a juzgar por las encuestas de opinión", destaca Lukiánov. Además, tampoco está claro qué pueden esperar los europeos de su socio principal, Washington. "Resulta que la ambigüedad está en todas partes y no queda más que convertirla en el centro de la propia política. E insistir en ello", explica.
Embajadores de la UE no cumplen sus funciones
Lukiánov también recordó que, de cara a las elecciones presidenciales en Rusia, que se celebran la próxima semana, el ministro de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, invitó a una reunión a los embajadores de los países de la UE en Moscú. Se decidió tomar la medida, ya que las autoridades rusas tienen información de que estas misiones diplomáticas están creando proyectos de apoyo a los opositores no sistémicos e interfiriendo en los asuntos internos de Rusia.
En la reunión prevista, el canciller ruso tenía la intención de aconsejar a los diplomáticos extranjeros que no participen en tales actividades, sobre todo porque no tienen derecho a llevarlas a cabo. Sin embargo, 2 días antes del acto previsto, la Cancillería recibió una nota en la que se informaba que los embajadores se negaban a acudir. "¿Se imaginan unas relaciones con Estados a nivel diplomático cuyos embajadores tengan miedo de acudir a una reunión con el ministro del país ante el que están acreditados? ¿Dónde se ve esto?", dijo entonces Lavrov. Por su parte, la portavoz del Ministerio, María Zajárova, se preguntó: "¿Qué hacen estas personas en el territorio de Rusia, [...] si no cumplen su función más importante?". Señaló que los embajadores de los países occidentales ya no hacen su trabajo y solo intentan interferir en los asuntos internos del país.