El presidente de Francia, Emmanuel Macron, en una entrevista exclusiva con los diarios Libération y Le Croix brindada el domingo anunció un proyecto de ley "que traza un camino que no existía hasta entonces y que abre la posibilidad de pedir asistencia para morir bajo ciertas condiciones estrictas".
El mandatario indicó que el proyecto de ley —que destingió como "una ley de fraternidad, una ley que concilia la autonomía del individuo y la solidaridad de la nación"— se presentará al Consejo de Estado y al Consejo de Ministros francés en abril, mientras que en mayo pasará al Parlamento.
Macron explicó que no se trata de "eutanasia" ni de "suicidio asistido", sino que el término elegido es la "muerte asistida porque es sencillo y humano, y define claramente de qué se trata". "El nuevo marco propone un camino posible, en una situación específica, con criterios precisos, donde la decisión médica tiene su papel que desempeñar", agregó.
Condiciones previstas para la "muerte asistida"
- La medida estará "reservada a los adultos"
- Serán excluidas las personas que padecen enfermedades psiquiátricas o neurodegenerativas que perjudican el discernimiento (por ejemplo, el alzhéimer)
- El solicitante debe padecer una enfermedad incurable y un pronóstico vital a corto o mediano plazo
- La persona sufre física o psicológicamente y su estado no puede aliviarse
"Si se cumplen todos estos criterios, se abre entonces la posibilidad de que la persona solicite ayuda para poder morir. Luego, corresponde a un equipo médico decidir, de manera colectiva y transparente, qué medidas tomar ante esta solicitud", explicó Macron. En caso de una decisión favorable, se le prescribe al solicitante una sustancia letal y la prescripción es válida durante tres meses. En este período la persona puede cambiar su decisión de morirse en cualquier momento, agregó.
"La administración de la sustancia letal será realizada por la propia persona o, cuando no esté físicamente capacitada para hacerlo, a petición suya, o por una persona voluntaria que ella designe cuando ninguna obligación de carácter técnico lo impida, ya sea por el médico o la enfermera que lo acompañe", citó el mandatario el proyecto de ley.
Actualmente, la normativa vigente en Francia es la ley Claeys-Leonetti, adoptada en 2016 tras redactar una primera versión en junio de 1999, que permite "suspender todo tratamiento" para que el paciente se benefice de "una sedación profunda y continua hasta la muerte, cuando el pronóstico vital se compromete a corto plazo".