Dos policías mexicanos, vinculados con el asesinato del normalista de Ayotzinapa Yanqui Khotan Gómez Peralta, se han entregado este miércoles a la Fiscalía General de la República (FGR), confirmó el padre Filiberto Velázquez, director del Centro de Derechos de las Víctimas de Violencia Minerva Bello.
La búsqueda del tercer agente implicado en el caso, que se dio a la fuga el martes, continúa, agregó el sacerdote.
Gómez Peralta, estudiante de la escuela normal Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, murió a manos de la Policía el 7 de marzo a los 23 años. Le dispararon en el municipio de Chilpancingo, estado de Guerrero.
En un primer momento, la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) de Guerrero reportó que los efectivos policiales habían atendido un aviso de robo de un vehículo y que, al llegar al lugar de la alerta, los dos ocupantes del coche les recibieron con disparos. Ante esa supuesta agresión, los efectivos alegaron que habían usado el armamento, lo que derivó en la muerte de Gómez Peralta.
Lilia Vianey Gómez, madre del estudiante, sostuvo en entrevista con Azuzena Uresti que, según la autopsia, su hijo no estaba intoxicado con alcohol o drogas y que murió por un tiro en la cabeza a quemarropa, "a sangre fría".
Versiones de testigos apuntan a una versión distinta a la oficial: aparentemente, en la camioneta iban tres estudiantes y uno de ellos quiso detenerse a comprar tabaco. Cuando el vehículo estuvo estacionado, llegaron los agentes de policía a bordo de una moto y, sin que mediaran intercambios de disparos o provocaciones, accionaron su arma contra el conductor del coche.