El adelanto electoral decretado el miércoles por el presidente del Gobierno de Cataluña, Pere Aragonés, totalmente por sorpresa, ha sacudido tanto la política regional como la de España.
Los comicios debían haberse celebrado en 2025 y finalmente tendrán lugar el próximo 12 de mayo, después de que en el pleno de ayer no se lograsen aprobar los presupuestos para este 2024.
Un desacuerdo sobre un proyecto económico ha desatado un ramillete de consecuencias relacionadas con las cuentas del país, con los cálculos electorales y pactistas, y con los resultados de la ley de amnistía que el Parlamento está tramitando.
¿Qué ha pasado?
Este miércoles el parlamento catalán debía votar los presupuestos para la región para este año. Las negociaciones se preveían difíciles, con un Gobierno de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) en minoría, con tan solo 33 de los 135 diputados que componen la Cámara, que necesitaba el apoyo de varios partidos.
ERC tenía garantizado el apoyo de los 33 escaños del Partido Socialista de Cataluña (PSC) y esperaba contar con el voto afirmativo, o al menos la abstención, de los 8 parlamentarios de los Comunes.
Sin embargo, las negociaciones que se alargaron hasta el último minuto, no fructificaron y los Comunes finalmente votaron en contra de los presupuestos. Pocas horas después, Aragonés anunciaba el adelanto electoral.
¿Cuál es el punto de desencuentro?
La línea roja para unos y otros ha sido un proyecto denominado Hard Rock. Se trata de un macrocomplejo de ocio y casinos proyectado en la provincia catalana de Tarragona. Se habla de inversiones de 2.000 millones de euros y alrededor de 12.000 puestos de trabajo.
Se trataba de una exigencia del PSC para aprobar los presupuestos, mientras que los Comunes reclamaban su exclusión, por considerar que fomenta la ludopatía, crea empleos de baja calidad y que tendría un consumo de agua excesivo en un momento en que la región enfrenta la mayor sequía en décadas.
¿Decaen los presupuestos en España?
El primer daño colateral de la precipitada decisión de Aragonés es que el Gobierno de España ha decidido renunciar a aprobar los Presupuestos Generales del Estado para 2024, y comenzar a elaborar las cuentas del ejercicio que viene.
Hasta ahora, Pedro Sánchez contaba con sacarlos adelante, si bien con retraso, pero el escenario electoral catalán complica excesivamente unas negociaciones para las que el Ejecutivo necesita el apoyo de los dos principales partidos independentistas catalanes, ERC y Junts per Catalunya.
El país seguirá funcionando con la prórroga de los presupuestos del año pasado, por primera vez desde que Sánchez llegó a La Moncloa en 2018.
¿Se podrá presentar Puigdemont a las elecciones?
La segunda consecuencia colateral tiene que ver con la ley de amnistía que el Parlamento español está tramitando. Una de las intenciones de Junts, promotor de la iniciativa que la puso como exigencia para apoyar la investidura de Sánchez, era conseguir que el expresidente Carles Puigdemont pudiera regresar a España sin temer la acción de la justicia y presentarse como candidato a los próximos comicios.
El adelanto electoral podría trastocar esos planes. Este jueves, el Congreso de los Diputados vota el proyecto de ley de amnistía para los involucrados en el proceso secesionista catalán, que previsiblemente será aprobado. Después tiene que pasar al Senado, donde la mayoría absoluta del conservador Partido Popular (PP) retrasará su tramitación al menos dos meses y, a continuación, volver al Congreso.
Sin embargo, Puigdemont se mostró ayer optimista al conocer la noticia y sostuvo que los tiempos harían posible que él pudiera estar presente en el debate de investidura, que se podría producir hasta tres meses después de los comicios, es decir, hasta principios de agosto. Sin embargo, no concretó nada sobre su posible candidatura.
¿Qué pasa con los pactos de Gobierno en Cataluña?
El resultado de las urnas en Cataluña dentro de dos meses es incierto. Se prevé que el PSC, que ya fue el partido más votado en los últimos comicios, continúe incrementando sus apoyos electorales.
Mientras, los partidos ERC y Junts siguen enzarzados en una lucha por aglutinar el voto independentista y recoger los réditos de las negociaciones con Sánchez, que propiciaron en la pasada legislatura los indultos los líderes condenados por el referéndum de autodeterminación ilegal de 2017 y en esta la ley de amnistía.
Todo hace presagiar que se podría asistir a la constitución de un Gobierno tripartito, liderado por los socialistas y apoyado por ERC y los Comunes. Sin embargo, si el PSC prescinde de Junts en el Ejecutivo regional, podría tener consecuencias en la política nacional.
¿Y los pactos de Gobierno en España?
El adelanto electoral mueve muchas fichas en la política nacional. Por un lado, los Comunes son la parte catalana de Sumar, el socio en el Gobierno del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), y son quienes han propiciado un movimiento en Cataluña que ha acabado con las cuentas nacionales en las que trabajaba el Ministerio de Hacienda, en manos socialistas. Por ahora no se sabe si traerá fricciones en el Ejecutivo.
Por otro lado, la posible exclusión de Junts de un futuro Gobierno catalán quizá pondría en tela de juicio su apoyo a la legislatura de Sánchez, siendo que sus votos son necesarios para cualquier avance legislativo.
Además, en el caso de que ERC pase a la oposición o bien se convierta en socio minoritario del Ejecutivo regional, también podría variar el equilibrio de sus pactos a nivel nacional y su apoyo al bloque que respalda a Sánchez.