El presidente del Parlamento del Mercosur (Parlasur), el mileísta Alfredo Olmedo, provocó un escándalo al limitar el acceso al recinto y el uso de la palabra a los parlamentarios del resto de los países miembros de este órgano en la primera sesión del año.
La polémica estalló cuando los legisladores de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, países que integran el Mercado Común del Sur (Mercosur), llegaron el lunes a la sede parlamentaria, ubicada en Montevideo, y se les pidió que se colocaran pulseras para poder ingresar, a pesar de que ese requisito no está contemplado en el reglamento interno.
Además, los accesos estaban plagados de guardaespaldas privados que amedrentaban a los parlamentarios y les exigían identificarse, a lo que varios de ellos se negaron.
Una vez abierta la sesión, Olmedo aprovechó su posición como presidente para restringir el uso de los micrófonos con el fin de impedir que se escucharan los discursos de sus colegas.
"Ha sido un día nefasto, me he sentido agraviada, han blindado la entrada, nos han obstruido el acceso, han llegado a tener contacto físico para no dejarnos entrar, eso me ha hecho sentir menoscababa", denunció la parlamentaria paraguaya Jazmín Narváez.
"Es una vergüenza internacional, una vergüenza colectiva, hoy me he sentido mal. Presidente: dé un paso al costado", propuso en una convocatoria para que Olmedo renuncie, y que fue apoyada por el resto de las delegaciones.
Maniobra
El repudio contra Olmedo fue unánime, ya que incluso se sumó el legislador brasileño Celso Russomanno, aliado del expresidente Jair Bolsonaro, a quien el argentino admira.
"Sentí que nos minimizaron", denunció Russomanno al exigir que se encendieran los micrófonos, en tanto que el uruguayo Nicolás Viera manifestó su preocupación por los inéditos controles de ingreso.
"Merecemos respeto", agregó por su parte la paraguaya Lilian Samaniego, quien calificó la jornada parlamentaria como "bochornosa".
Olmedo es un político de ultraderecha, promotor de la pena de muerte y de la prohibición de la educación sexual integral y de las políticas de derechos humanos, que llegó al cargo gracias a su alianza con La Libertad Avanza, el partido del presidente Javier Milei.
A fines del año pasado, los 43 miembros de la bancada argentina lo eligieron como su representante, lo que permitió que ocupara la presidencia del Parlasur, que es rotativa y que este año le toca a ese país.
La semana pasada, 31 de esos legisladores exigieron su remoción, inconformes con sus manejos. El tema iba a tratarse en la sesión del lunes, lo que no fue posible debido al retraso y reclamos que generó Olmedo con sus insólitas medidas.
Por ello, parlamentarios argentinos denunciaron que todo se trató de una maniobra dilatoria, ya que la solicitud para que deje el cargo recién se retomará el 28 de abril, cuando el Parlasur vuelva a sesionar.
"No van a lograr desestabilizarme", desafió Olmedo a la controversia, en una entrevista con el diario El Tribuno, que se publica en Salta, su provincia natal.