En una entrevista a Sud Ouest, este miércoles, el alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, llamó a la Unión Europea a ser "más creativa" a fin de encontrar dinero para prestar asistencia a Ucrania, y aconsejó usar con ese propósito los activos rusos congelados.
"Es difícil imaginarnos poniendo otros 50.000 millones sobre la mesa. Sin embargo, sería posible si hubiera voluntad política, pero para ello la UE tiene que ser mucho más creativa", declaró el jefe de la diplomacia europea al hablar sobre lo que la comunidad planea hacer en caso de que no se concrete el apoyo a Ucrania por parte de las autoridades estadounidenses. Borrell opinó que los asuntos de ese tipo se resuelvan rápido en los países europeos solo cuando el problema está cerca de ellos. Así, sostuvo que la UE necesita "sensibilizar a sus sociedades" y "aumentar su capacidad de reacción".
En vísperas de la cumbre de líderes de la UE que se celebrará este jueves, y en la que la financiación de la defensa de Ucrania estará en el centro del debate, Borrell propuso utilizar los beneficios procedentes de los activos rusos congelados, que ascienden a casi 200.000 millones de euros, para proporcionar ayuda a Kiev. "Estamos hablando de 3.000 millones de euros al año. No es extraordinario, pero no es despreciable. Los rusos no estarán muy contentos con eso", destacó.
Según el diplomático, los países europeos podrían utilizar el 90 % de esos ingresos a través del fondo intergubernamental extrapresupuestario, el Fondo Europeo para la Paz (FEP), para suministrar armas al régimen de Kiev. Mientras tanto, el restante 10 % iría al presupuesto comunitario para potenciar las capacidades de la industria de defensa ucraniana. "No veo ninguna diferencia entre dar dinero para reconstruir lo que ha sido destruido y dar dinero para evitar la destrucción", precisó Borrell, agregando que la medida corresponde a lo que piden los ucranianos.
Por su parte, el portavoz oficial del Kremlin, Dmitri Peskov, respondió a la propuesta de Borrell de utilizar los activos rusos congelados, advirtiendo que una medida así destruiría los fundamentos jurídicos del Derecho europeo e internacional. "Los europeos son muy conscientes del daño que tales decisiones pueden causar a su economía, a su imagen", recalcó Peskov, añadiendo que quienes tomen tal decisión "se convertirán en objeto de persecución durante muchas décadas".