En caso de que Donald Trump sea elegido nuevamente como presidente de EE.UU., nadie debería sorprenderse si empieza a tomar represalias contra sus enemigos políticos, mientras da un giro de 180 grados a las políticas actuales del país, afirma el periodista estadounidense Robert Bridge en un reciente artículo de opinión.
El principal y primer objetivo del republicano, apunta el analista, sería nada más y nada menos que su 'archirrival' político, el presidente Joe Biden. Para Trump, solo con la actual crisis migratoria en la frontera sur, la catastrófica retirada de Afganistán y los escándalos por sus supuestos negocios ilícitos en el extranjero, Biden "estaría listo para ser acusado".
Aunque no está claro qué tipo de casos podría impulsar el exmandatario contra Biden, Bridge asegura que se puede esperar que explore "todas las vías legales disponibles desde la altura de su cargo". Estas podrían incluir investigaciones por alta traición, abuso de poder, corrupción o manejo indebido de documentos clasificados, entre otros cargos.
Crisis fronteriza
Bridge vaticina que, si vuelve a la Casa Blanca, Trump retomará el tema emblemático que le hizo ser elegido presidente en 2016, que fue la promesa de asegurar la frontera y construir un muro. A diferencia de su primer mandato, esta vez Trump se rodearía de un personal "más obediente", "que ya está ideando formas de hacer que una frontera militarizada sea 'perfectamente legal'".
Probablemente, una nueva Administración Trump también suspenderá las solicitudes de asilo de las personas que lleguen a la frontera, "al tiempo que detendrá la ciudadanía por derecho de nacimiento para los niños nacidos en suelo estadounidense de padres indocumentados", resalta el periodista.
Asimismo, el concepto conocido como "ciudades santuario", que da a los inmigrantes irregulares la posibilidad de establecerse en distintos puntos del país a costas de los contribuyentes, sería abandonado por completo debido a "violaciones de la ley constitucional".
Relaciones internacionales
En la arena internacional, se espera que un Trump presidente renueve su guerra comercial con China, la cual inició en 2018. "El candidato republicano sigue considerando a la superpotencia económica asiática como un enemigo en lugar de como un socio comercial sólido", destaca Bridge.
Asimismo, Trump podría transformar las relaciones de Washington con la OTAN, especialmente con aquellos miembros del bloque militar occidental que están en mora en sus pagos de pertenencia. Como lo ha destacado en varias ocasiones, el expresidente se enfocaría en revaluar fundamentalmente el propósito de la Alianza Atlántica y su misión.
Otro punto álgido en la agenda de Trump sería acabar con la guerra en Ucrania. Según Bridge, esto se llevaría a cabo cortando a Kiev "el tren de la gratificación", que ya ha proporcionado al presidente Vladímir Zelenski y al complejo industrial militar decenas de miles de millones de dólares del dinero de los contribuyentes estadounidenses. Sin embargo, esta podría ser "una tarea difícil", teniendo en cuenta el sentimiento bélico latente que impregna al Capitolio.
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