Venezuela adelanta un proyecto medioambiental para tratar de frenar el deshielo, provocado por el calentamiento global y el cambio climático, del último glaciar que se encuentra en el Parque Nacional Sierra Nevada, en la zona andina de ese país suramericano, y que se muestra como símbolo de la diversidad de climas y paisajes naturales que tiene el territorio venezolano.
Sobre esta propuesta, el ministro para el Ecosocialismo, Josué Lorca, comentó a RT que los trabajos para contener el deshielo en el glaciar conocido como La Corona, en el estado Mérida, se realizan en varias etapas a través de un meticuloso plan que empezó a diseñarse en 2023 con el apoyo de académicos, científicos y expertos.
Para el desarrollo del proyecto trabajan de manera articulada la Fundación Probiodiversa, el Instituto Nacional de Parques (Inparques), la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) a través de la Zona Operativa de Defensa Integral (ZODI) del estado Mérida, el Ministerio de Ecosocialismo, la gobernación de Mérida, académicos de la Universidad de los Andes, científicos y voluntarios.
Ya para el primer trimestre de 2024, las autoridades venezolanas adelantaron una primera fase del plan que consistió en un operativo realizado por FANB para realizar la helitransportación de las mantas térmicas hacia un campamento base cercano al Pico Humbolt.
Desde ese lugar, los expertos, científicos y activistas medioambientales involucrados y que evaluaron la factibilidad del proyecto, continuaron con la fase de instalación de las mantas térmicas en la periferia del glaciar que está cercano al Pico Humbolt.
Una vez culminada la instalación de los geotextiles y el retiro del material que se encuentra en el campamento base, las autoridades realizarán una fase de monitoreo que contará con evaluaciones mensuales para verificar que las mantas se mantengan en su sitio, hacer las mediciones respectivas y esperar los resultados finales que se obtendrán al cabo de un año, para determinar la efectividad de la estrategia.
¿Cómo inició el proyecto?
Franklin Leal, director del Observatorio Nacional contra la Crisis Climática del Ministerio para el Ecosocialismo, indicó a RT que el proyecto comenzó por el interés de proteger el remanente del glaciar La Corona, a través de mantas térmicas conocidas como geotextiles.
La iniciativa fue propuesta por el gobernador de Mérida, Jehyson Guzmán, quien manifestó su preocupación por la temida desaparición del que es el último glaciar de los andes venezolanos, además de ser símbolo turístico de esa región andina y de la amplia biodiversidad que se encuentra en Venezuela.
Leal comentó que en principio la idea es retardar el derretimiento "de la escasa masa de hielo" que queda en el glaciar, que tiene una extensión actual aproximada de 1,5 hectáreas.
A raíz de esa propuesta, los expertos plantearon "distintas posibilidades" y decidieron que lo mejor era "evitar los campos de calor" que se producen en la roca negra del perímetro del remanente del glaciar, lo que ayudará a frenar el deshielo.
Para evitar un impacto ambiental en la zona por el traslado de los geotextiles, las autoridades involucraron a científicos y académicos de la Universidad de Los Andes, quienes efectuaron investigaciones y consultas que les permitiera tomar la decisión correcta, que finalmente fue trasladar las mantas por vía aérea.
Sobre esto, Delgado explicó que si el traslado de las mantas se hubiese realizado por tierra, el proyecto hubiese necesitado una gran cantidad de personas dentro de la cordillera, lo que habría ocasionado un daño a los espacios naturales que conducen hacia el glaciar.
Fase experimental
Leal detalló que durante la evaluación previa al trabajo de campo, determinaron que la colocación de las mantas en la periferia del glaciar forma parte de una "fase experimental" que durará aproximadamente un año, tiempo que les permitirá evaluar las condiciones climáticas y el empleo de la estrategia en el lugar.
Leal remarcó que este trabajo tomó como precedente, experiencias similares que se han dado en otros países donde han utilizado los geotextiles para evitar el derretimiento de glaciares. Por ello, las autoridades venezolanas creen que esta medida puede lograr que el deshielo de La Corona se frene entre 60 % y 70 %.
"Estas iniciativas que se han dado en otros países, nos dan una idea de la posibilidad de hacer algo antes que el último glaciar de Venezuela desaparezca en su totalidad", señaló Leal, quien agregó que aunque los fenómenos de desapariciones de glaciares son parte de la dinámica planetaria y un proceso natural, su permanencia también representa la lucha del país contra el calentamiento global y el cambio climático.
Así, Leal añadió que con la estrategia que se va a aplicar en Venezuela se va a marcar un hito, porque no existen precedentes de colocación de mantas térmicas en altitudes similares a la que se aplicará en el glaciar venezolano.
Entre tanto, el funcionario explicó que la vida útil de los geotextiles en el glaciar pudiera extenderse por 20 años. Sin embargo, indicó que para evitar que ese material produzca contaminación, esta fase del proyecto durará un año para verificar si realmente se puede disminuir el deshielo en el remanente del glaciar.
Una vez obtenidos estos resultados, dijo Leal, los involucrados evaluarán si continuar o no con la colocación de las mantas en La Corona. Un indicador vital para tomar esta decisión, agregó, es que el deshielo logre frenarse al menos por encima del 30 %, porque si se registra un menor porcentaje, lo más probable es que se retiren de inmediato las mantas.
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