El primer ministro de Japón, Fumio Kishida, propuso hace poco reunirse con Kim Jong-un en persona "lo antes posible", anunció este lunes la hermana del dirigente norcoreano, Kim Yo-jong, cuyo comunicado fue divulgado por la agencia estatal KCNA.
Kim Yo-jong indicó que Kishida utilizó un canal de comunicación no especificado para transmitirle a Pionyang su intención de celebrar lo que sería la primera cumbre bilateral entre Japón y Corea del Norte en cerca de 20 años.
En respuesta, la alta funcionaria advirtió a Tokio sobre sus tradicionales insistencias en cuanto a la cuestión de los japoneses retenidos por Pionyang hace décadas y aseveró, en una aparente referencia a los ensayos armamentísticos norcoreanos, que su Gobierno tampoco tolera "injerencia en el ejercicio de los derechos soberanos".
"Mientras Japón siga siendo hostil hacia Corea del Norte y viole nuestros derechos soberanos, lo consideraremos como un enemigo que está a nuestro alcance, no un amigo", resumió Kim Yo-jong. "El primer ministro [japonés] debe saber que no podrá reunirse con el liderazgo de nuestro país solo porque quiere o porque ha decidido hacerlo", agregó.
Asimismo, la hermana del líder norcoreano señaló que solo por la idea de organizar una cumbre es imposible mejorar las relaciones bilaterales, que se caracterizan por la desconfianza y los malentendidos. "El fortalecimiento de las capacidades de autodefensa de Corea del Norte nunca será una amenaza para la seguridad de Japón si respeta nuestra soberanía e intereses de seguridad de manera justa y equitativa", concluyó.
- Tokio tiene oficialmente identificados a 17 japoneses, secuestrados por agentes de Corea del Norte en los años 1970 y 1980 —principalmente para forzarlos a enseñar el idioma y la cultura japonesa a los espías norcoreanos— y sospecha de la implicación de Pionyang en más desapariciones de sus ciudadanos.
- La cuestión sigue sin grandes avances desde 2002, cuando las dos naciones firmaron una declaración para la normalización de las relaciones bilaterales, y se hace cada vez más sensible para Tokio, ya que los familiares de los secuestrados van envejeciendo.
- La firma de la declaración facilitó la liberación de cinco secuestrados y una disculpa formal de Pionyang, que reconoció el secuestro de un total de 13 japoneses y afirmó que ocho de ellos habían muerto.