Nikita Ivanov, de 17 años, fue otro de los jóvenes héroes que ayudaron a evacuar a más de un centenar de personas durante el atentado terrorista perpetrado el pasado viernes en la sala de conciertos Crocus City Hall, ubicada en la localidad de Krasnogorsk, en la provincia de Moscú.
En declaraciones a los medios, el estudiante explicó que compaginaba los estudios con el trabajo de guardarropa en el Crocus City Hall. El día del atentado no tenía previsto ir al recinto, pero resultó que las clases se cancelaron, por lo que decidió acudir al trabajo.
El chico relató que cuando los terroristas irrumpieron en la sala de conciertos, él se encontraba en el sótano. Según explica, al principio confundió el tiroteo con petardos, hasta que vio a la gente "corriendo presa del pánico" hacia la salida de servicio.
"La gente intentaba meterse por la puerta. Había una estampida horrible", recuerda. Una vez logró entrar allí de algún modo, se dirigió junto con otros trabajadores jóvenes al local de servicio, donde les dijeron que había que sacar a las personas por la salida de servicio y, siguiendo las instrucciones que les daban sus superiores por radio, pudieron evacuar a la gente.
Una vez fuera del recinto, los chicos dirigieron a las personas hacia un centro comercial cercano. Allí se congregaron unas 50 personas, cuando unos hombres les dijeron que los atacantes habían salido del edificio y disparaban en la calle, por lo que cruzaron un puente y, ya en la capital, se dispersaron.
El pasado viernes, terroristas armados con fusiles irrumpieron en el Crocus City Hall y abrieron fuego contra la multitud de asistentes. A continuación provocaron un incendio que destruyó gran parte del recinto. Por el momento, el atentado deja al menos 139 muertos y más de 150 heridos.
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