Un equipo de investigadores chinos ha logrado reconstruir en 3D el rostro del emperador chino Wu de la dinastía Zhou del Norte, quien gobernó entre los años 560 y 578 d. C., a partir del ADN extraído de sus restos, según lo recoge un estudio publicado este jueves en la revista científica Current Biology.
Según la recreación, el emperador, que pertenecía a la etnia xianbei, tenía ojos marrones, pelo negro y "piel de oscura a intermedia", con rasgos faciales similares a los de los actuales asiáticos septentrionales y orientales. El retrato difiere de lo que se creía hasta ahora sobre la apariencia física de los xianbei, pues se pensaba que tenían un "aspecto exótico" con "barba espesa, puente nasal alto y pelo rubio", señaló Shaoqing Wen, uno de los autores de la investigación.
Asimismo, se encontró una posible explicación a la muerte de Wu, quien falleció a los 36 años: su ADN reveló un alto riesgo de sufrir derrames cerebrales. Este hallazgo concuerda con los archivos históricos, que constatan que el emperador sufría afasia, tenía los párpados caídos y una marcha anormal, lo que podrían haber sido síntomas de una apoplejía provocada por un derrame cerebral.
Los investigadores también descubrieron que la etnia xianbei se mezcló con la han cuando emigraron hacia el sur, al norte de China. Según Wen, se trata de un "dato importante" para comprender "cómo se extendieron los pueblos antiguos por Eurasia y cómo se integraron con la población local".