El Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia acusó a EE.UU. de proteger a los responsables del ataque terrorista del 22 de marzo en la sala de conciertos Crocus City Hall, en la provincia de Moscú.
"Según la información recibida, el Departamento de Estado, los servicios de inteligencia estadounidenses, las ONG afiliadas y los medios de comunicación han recibido el encargo de eliminar de la comunidad mundial cualquier sospecha sobre la implicación de Vladímir Zelenski y sus partidarios en el crimen", reza el comunicado del Servicio.
La inteligencia rusa destacó que la Administración del presidente estadounidense, Joe Biden, intensifica sus esfuerzos para "crear una imagen distorsionada del atentado". Los motivos de la Casa Blanca son sus temores a que "el descubrimiento de un rastro de Kiev en el incidente ponga de relieve la naturaleza terrorista del régimen ucraniano y acabe por hacer fracasar los planes de Washington de intensificar el apoyo a Ucrania".
"Washington empezó a defender a Zelenski incluso antes de que las cenizas del quemado Crocus City Hall tuvieran tiempo de enfriarse. Semejante precipitación parece temeraria a muchos en Occidente y sospechosa en Oriente", subrayó el Servicio. Además, en el comunicado se indica que los intentos de las autoridades estadounidenses de convencer a la comunidad mundial y a sus aliados de la OTAN de que Rusia es desde hace tiempo objetivo del Estado Islámico no son exitosos.
La inteligencia rusa afirma también que el atentado terrorista en el Crocus City Hall fue resultado de la "guerra terrorista" de Ucrania contra Rusia, la cual incluye ataques masivos con cohetes y atentados en las provincias de Kursk y Bélgorod. "Los datos recibidos por el Servicio indican que los ucranianos utilizan activamente la información de satélite que les proporciona la inteligencia estadounidense a la hora de organizar los ataques", se dice en el comunicado. El organismo ruso concluye que "EE.UU., al encubrir al régimen criminal de Kiev y prestarle ayuda, se arriesga a ser sospechoso de participar en el terrorismo internacional".
Atentado terrorista en Moscú
La noche del 22 de marzo, varias personas con ropa de camuflaje y armadas con fusiles irrumpieron en la sala de conciertos Crocus City Hall y abrieron fuego contra los presentes. Los terroristas también utilizaron un líquido inflamable para prender fuego al recinto, donde había espectadores.
La mañana del 23 de marzo, el Servicio Federal de Seguridad ruso (FSB) anunció la detención de 11 personas, entre ellas cuatro terroristas directamente implicados en el atentado.
Por su parte, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, indicó que "los atacantes intentaron escapar y se dirigieron hacia Ucrania, donde, según datos preliminares, la parte ucraniana les había preparado una 'ventana' para cruzar la frontera estatal". Subrayó que todos los involucrados en el atentado serán encontrados y castigados.