El drama de una enferma de Parkinson argentina a la que le robaron el aparato que ajusta el chip cerebral
La argentina Belinda Bruno, de 62 años, padece Parkinson y en enero le realizaron con éxito una operación para aplacar los síntomas que sufre desde hace más de 20 años.
Los médicos realizaron "una estimulación profunda" en el cerebro donde le pusieron un electrodo en cada hemisferio. "Esos electrodos salen del cerebro y van hasta la mano derecha, donde tengo el motor que comanda lo que hay en el cerebro", explicó al portal TN Bruno, natural de la ciudad de Luján.
A través de un aparato, los doctores pueden regular incluso de manera remota los parámetros de los electrodos de la paciente.
Tiene un chip cerebral para frenar el Parkinson, le robaron el dispositivo que lo controla y está desesperada https://t.co/PNndWr6d0v
— TN - Todo Noticias (@todonoticias) April 2, 2024
Tras recuperarse de la cirugía, Bruno se fue de viaje en tren al Mar del Plata, una ciudad en el sudeste de la provincia de Buenos Aires. Llevaba con ella el aparato, del que depende completamente para estar bien.
"Me lo dejaron [los médicos] en un parámetro que me resultaba cómodo para que no tuviera ningún síntoma fuerte", relató.
El robo del maletín
Al llegar al destino se percató que alguien le había robado el maletín donde llevaba el aparato. Bruno está segura que alguien que se encontraba en el tren lo cogió.
"Pensé que iban [los trabajadores del tren] a dar aviso a la entrada, pero no tuvieron ninguna reacción y la Policía tampoco. Me decían que tenía que hacer la denuncia y yo les decía que la persona se estaba yendo con mi maletín", contó.
Un mes después, no se ha localizado el maletín, mientras que los síntomas de Bruno vuelven a aparecer. "Se me entumece la mano derecha según el movimiento que esté haciendo, y eso va acompañado con parte de la cara y del cuello, donde tengo un hormigueo", afirmó.
A la enfermedad se suma el miedo de que el controlador nunca aparezca. Y es que el aparato cuesta 43 millones de pesos (más de 60.000 dólares al cambio oficial) y su obra social le había cubierto los gatos para la operación.
"Yo no puedo comprarlo, no sé cómo se sigue, pero comprarlo no puedo (...) El médico va a hacer el mismo pedido que la primera vez, va a explicar lo que pasó y va a hablar de la importancia y urgencia del caso, pero no sabemos", concluyó Bruno.