El polémico proyecto de reforma a la salud, impulsado por el presidente colombiano, Gustavo Petro, ha tenido un altísimo costo político que finalmente llevó a que la propuesta naufragara en el Senado, donde finalmente se hundió.
Desde que fue presentada en febrero de 2023, esta "petrorreforma" dejó tras de sí un saldo de pérdidas: la salida de sus cargos de dos ministros de Salud y otros miembros del gabinete, y la fractura de la coalición del gobernante Pacto Histórico en el Parlamento.
Este proyecto bandera del mandatario —tras dos años de intentos de reflotar y convencer a los congresistas y a los colombianos— ha sido duramente cuestionado por los medios de comunicación y sectores políticos que, según el Gobierno, defienden los intereses de las Empresas Prestadoras de Servicios (EPS), que han estado en el centro del debate.
Si bien en el nuevo periodo legislativo, que comienza el 20 de julio, el proyecto de reforma a la salud puede volver a debatirse desde cero, el mandatario ha planteado otras alternativas —no exentas de controversia— para reimpulsar uno de sus proyectos capitales.
De la concertación al fracaso
Desde un principio, el acento de la reforma ha estado sobre la visión de la salud como un derecho y no como un "negocio". Sin embargo, la iniciativa no ha logrado calar a pesar de que promete beneficiar a millones de colombianos y frenar los ingentes beneficios de unos pocos empresarios.
Al conocer la decisión del Senado durante la instalación de la Asamblea Nacional Cafetalera, el mandatario hizo un recuento de las acciones del Estado para tratar de salvar las EPS —que tienen deudas millonarias, presupuestos deficitarios, incumplimientos de las normas e irregularidades— y planteó las nuevas reglas del juego.
Los recursos públicos del sistema sanitario son administrados por las EPS, a las que los trabajadores o cotizantes deben afiliarse y pagar un plan obligatorio. Con el control y manejo de los recursos, las EPS pagan a las Instituciones Prestadoras de Servicio de Salud (IPS), que brindan atención médica a la población.
"Se comieron la plata"
Petro recordó la negativa de los congresistas a que desaparecieran las EPS y la concertación posterior a la que llegó Gobierno. Al ser empresas aseguradoras y quedar sin fondos, las alternativas eran eliminarlas o convertirlas en gestoras de salud para que el Ejecutivo pudiera administrar los recursos, lo que no tuvo respaldo del Legislativo.
"Se comieron la plata de los fondos, están quebradas, en cualquier parte del mundo, una aseguradora que se coma sus reservas técnicas, se va", dijo el presidente.
En su discurso, el mandatario lanzó una dura advertencia: "Si votan porque se vuelvan aseguradoras o hunden el proyecto, las EPS quebraron".
¿Qué viene ahora?
El líder de Pacto Histórico puso sobre la mesa la opción que tiene para solventar la crisis de algunas EPS, que tienen deudas millonarias a pesar de los recursos facilitados por el Estado.
"Ahora nos toca resolverlo: lo que podía ser una concertación tranquila, ordenada, sin problema, ahora es de golpe", dijo con referencia a las acciones de intervención estatal recientes sobre las dos principales EPS del país.
Además del asunto urgente de las empresas de salud, la posibilidad que tiene la Casa de Nariño para reflotar la reforma es la Asamblea Constituyente, puesto es uno de los nueve temas que ha priorizado. Sin embargo, esta propuesta también ha tenido la repulsa de los medios opositores y los sectores políticos adversos.
En cuanto al futuro del Congreso, el mandatario advirtió días atrás que si los diputados no le daban luz verde a su propuesta, serían los colombianos quienes los increparían por no ser capaces "de hacer una reforma de salud cuando más se necesitaba".
Así, la forma de oxigenar la reforma, más allá del debate en el Legislativo, pasa por convencer a la población de las zonas más precarias y alejadas de las grandes ciudades, que cuenta con servicios sanitarios deficientes, de que esta propuesta busca garantizar que ese derecho sea universal.
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