El Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia denunció el domingo que "medios de comunicación occidentales, funcionarios de EE.UU., Reino Unido y la Unión Europea "en cuestión de horas" después del acto terrorista en la sala de conciertos Crocus City Hall —a pesar de la condena internacional del atentado y sin esperar los resultados provisionales de la investigación— "organizaron inmediatamente una campaña de relaciones públicas para negar la participación de los servicios especiales ucranianos en este crimen".
La Cancillería rusa precisó que los principales medios de comunicación occidentales "recibieron instrucciones específicas para consolidar en el espacio informativo su propia versión" del atentado en el Crocus, que incluyen:
- la responsabilidad del Estado Islámico*;
- la negación de las conexiones existentes entre los islamistas del Crocus con el Gobierno ucraniano o la Inteligencia occidental;
- la desacreditación de los resultados de la investigación rusa;
- la promoción de varias teorías de conspiración sobre la supuesta participación de los servicios especiales rusos.
En ese contexto, desde Moscú tacharon de "cinismo particular" los intentos de Occidente de desvincular la atención de la comunidad mundial de los "organizadores reales y beneficiarios" del atentado en el Crocus, al "instruir no cubrir en los medios la verdadera escala de la tragedia: sin mencionar el número de víctimas del ataque terrorista, ni de los niños muertos, así como descartar mostrar la reacción de los ciudadanos comunes" a la tragedia.
El atentado en el Crocus City Hall se cobró la vida de 145 personas, incluidos seis niños. Además, en el trágico ataque perpetrado el pasado 22 de marzo resultaron heridas 551 personas.
* Reconocido en Rusia como grupo terrorista.