Líderes de Haití alcanzaron un acuerdo político para la conformación del Consejo Presidencial de Transición que tendrá una duración de 22 meses, por lo que su mandato concluirá el 7 de febrero de 2026.
Su labor será conseguir la vuelta a la normalidad democrática, en un país que está sumido en el caos por la violencia de las pandillas, que controlan alrededor del 80 % de la capital, Puerto Príncipe.
El consejo está formado por nueve miembros -siete con derecho a voto y dos observadores- y cuenta con representantes de los principales partidos políticos del país, además de agentes privados y de la sociedad civil.
Una de sus tareas será la de elegir al nuevo primer ministro, que relevará al cuestionado Ariel Henry, que anunció su dimisión el pasado 11 de marzo. El sustituto, junto con el consejo, designará el Gobierno que deberá convocar "elecciones generales democráticas, creíbles y participativas", según recoge Le Nouvelliste, las primeras desde 2016.
Las acciones prioritarias del nuevo Ejecutivo serán el restablecimiento de la seguridad pública; la organización de la conferencia nacional y la reforma constitucional; la celebración de elecciones generales; el restablecimiento de la justicia y el Estado de derecho; y la recuperación institucional y económica, de acuerdo con el comunicado de prensa emitido el viernes a la noche por miembros del propio consejo.
El acuerdo alcanzado, firmado por las partes interesadas, fue enviado el pasado domingo, junto con el decreto relativo a la organización y funcionamiento del Consejo Presidencial de Transición, a la Comunidad del Caribe (CARICOM), organismo internacional que supervisa el proceso.
Polémico decreto
Tanto el acuerdo político firmado como el decreto por el que se crea y establece el funcionamiento del consejo han resultado polémicos. Se critica principalmente que sus miembros se hayan otorgado a sí mismos plenos poderes.
Además, el decreto, cuyo contenido se conoce casi íntegramente, da por derogada la versión criolla de la Constitución, que hasta ahora no había sido formalmente enmendada.
También se cambian los requisitos para ser designado primer ministro. Ya no se necesita ser de origen haitiano y no haber renunciado a la nacionalidad; ni ser propietario en Haití; ni haber recibido la descarga de su gestión si ha tenido que rendir cuentas de fondos públicos.
Violencia generalizada
La situación ha empeorado desde finales de febrero, en un país que lleva años signado por la inestabilidad, cuando varias pandillas se aliaron con el objetivo común de defenestrar a Ariel Henry.
La inseguridad es tal que el propio Henry no pudo volver a ingresar al país luego de un viaje que realizó a Kenia para negociar el envío de una fuerza policial internacional liderada por esa nación africana, bajo el paraguas de la ONU.
De hecho, el órgano de transición recién creado tiene entre sus prioridades la seguridad, junto con las reformas institucionales y las elecciones. Así, se anuncia la creación de un Consejo Nacional de Seguridad (CNS), encargado de supervisar la asistencia internacional en materia de seguridad, como la misión impulsada por Naciones Unidas.
Mientras, Haití se encuentra inmerso en una crisis humanitaria con la población sufriendo falta de comida, medicinas y otros productos básicos.
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