Este jueves el exalcalde y edil del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) en la ciudad de Ponferrada, Olegario Ramón, fue agredido por un grupo de manifestantes de ultraderecha cuando el concejal se disponía a entrar en su sede de esta localidad de la provincia española de León.
La escena fue grabada por un testigo y se ha difundido ampliamente por las redes sociales. En las imágenes se ve como uno de los manifestantes zarandea y da patadas al político socialista, mientras el resto del grupo profiere gritos e insultos.
Se trata de simpatizantes del partido de ultraderecha Vox, que llevan meses manifestándose diariamente ante el local del PSOE de este municipio contra la ley de amnistía a los involucrados en el 'procés' catalán que impulsan los socialistas en el Congreso de los Diputados y que tendrá luz verde definitiva a mediados del mes de mayo.
En una intervención en la televisión pública en la mañana de este viernes, Ramón explicó que durante un tiempo llegaron a cambiar los horarios de trabajo en la sede para evitar cualquier tipo de incidente, pero que finalmente "ha ocurrido algo que se veía venir por la gran agresividad verbal de estos señores".
"Realmente fue tremendamente desagradable. Ese señor me miraba con un odio, sus ojos estaban inyectados de odio cuando me agredía", relató el edil socialista.
El secretario general del PSOE de León, Javier Alfonso Cendón, ha mostrado su consternación por la agresión, así como su "más firme condena". "Los discursos de odio de la derecha y de la extrema derecha tienen consecuencias", escribió en la red social X, a la vez que pedía que los partidos y personas "que siguen alentando concentraciones y violencia en las sedes del PSOE que cesen y condenen lo ocurrido". Además, Cendón informó del inicio de acciones legales.
El secretario de Organización del PSOE a nivel nacional, Santos Cerdán, sostuvo que "el veneno que algunos vierten en los atriles se convierte en violencia en las calles". "Venimos avisándolo desde hace mucho. Intolerable", publicó en la misma red social.
El ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, expresó que lo sucedido constituye "un delito de atentando" penado con hasta cuatro años de cárcel, mientras que la vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, afirmó: "Tolerancia cero con la violencia y este tipo de entender la política".
Las muestras de apoyo y de denuncia de la agresión llegaron también desde las filas de otros partidos. Pablo Fernández, secretario de Organización de Podemos y coordinador general de esta formación en Castilla y León, región en la que se ubica Ponferrada, se mostró muy duro: "Fascismo en las instituciones. Fascismo en los colegios. Fascismo en las calles. Intolerable. Miserable. Deplorable".
El PSOE anunció la condena por parte de su Comisión Ejecutiva Federal, recordando que llevan meses denunciando "el acoso a nuestras sedes, a cargos electos y militantes a lo largo de toda España". "Esperamos también, por primera vez, una condena clara y contundente por parte del Partido Popular ante estos hechos que nos retrotraen a tiempos oscuros que este país había dejado atrás", expresó en su comunicado.
Desde las filas del Partido Popular el repudio provino en primer lugar de Marco Morala, alcalde de Ponferrada gracias al apoyo de Vox, quien la misma noche del jueves expresó su solidaridad con su antecesor en el cargo. "La violencia es una expresa renuncia a la inteligencia y deshumaniza al agresor", aseveró.
Poco después llegó el rechazo del presidente del Gobierno de Castilla y León y del PP de esa región, Alfonso Fernández Mañueco, aunque todavía no se ha pronunciado ningún responsable del partido en el ámbito nacional.
El Partido Popular gobierna en esta ciudad de 65.000 habitantes gracias al apoyo de Coalición por el Bierzo y Vox, tras un giro político en las últimas elecciones municipales de mayo del año pasado, cuando Morala se convirtió en el nuevo alcalde, sucediendo al edil socialista agredido este jueves.