Corea del Sur, Estados Unidos y Japón llevaron a cabo entre jueves y viernes un ejercicio naval trilateral frente a la costa de la isla surcoreana de Jeju. Un total de seis buques se entrenaron en maniobras de guerra antisubmarina y otras misiones de interés recíproco, según medios locales.
La parte estadounidense estuvo representada por el portaaviones de propulsión nuclear Theodore Roosevelt (clase Nimitz) y otros buques de su grupo de ataque, mientras que los anfitriones despacharon el destructor Seoae Ryu Seong-ryong, integrado en el sistema de combate estadounidense Aegis, para cumplir las misiones conjuntas. A su vez, el destructor Ariake (DD-109) representó a las Fuerzas de Autodefensa Naval niponas.
El contralmirante estadounidense Christopher Alexander calificó las maniobras como una "operación de rutina", con la que se buscó aumentar la competencia táctica de las fuerzas participantes. Además de la guerra antisubmarina, los militares se entrenaron en búsqueda y rescate, aprendieron a comunicarse y compartir datos de manera más eficiente y ensayaron la "interdicción marítima", o sea, operaciones para impedir el transporte de ciertas mercancías o armas de destrucción masiva por aguas internacionales.
Todo lo mencionado, afirmó Alexander, "prepara mejor para una crisis en la región o para cualquier contingencia dentro de ella".
Según medios, las tres partes se centraron en mejorar su respuesta conjunta contra lo que consideran como provocaciones norcoreanas. Este simulacro trilateral fue el último de una serie de ejercicios conjuntos que Seúl, Washington y Tokio decidieron llevar a cabo durante una cumbre trilateral celebrada en la residencia presidencial de Camp David (EE.UU.) en agosto pasado.