Un grupo de científicos del Dartmouth College, institución universitaria de Nuevo Hampshire (EE.UU.), considera que las personas que siguen una dieta rica en mariscos pueden enfrentarse a un riesgo de exposición a sustancias perfluoroalquiladas (PFAS, por sus siglas en inglés, que son toxinas conocidas como 'químicos eternos') aún mayor de lo que se pensaba anteriormente, según refieren en un artículo publicado este viernes en la revista Exposure and Health.
Los investigadores compraron mariscos frescos en un mercado de la costa de Nuevo Hampshire, uno de los lugares del país norteamericano donde más se consumen, y midieron los niveles de 26 variedades de PFAS en muestras de las especies marinas más consumidas. Los niveles más elevados se detectaron en las gambas y las langostas, con medias de hasta 1,74 y 3,30 nanogramos por gramo de carne, respectivamente, para determinados compuestos de PFAS.
Kathryn Crawford, profesora adjunta de estudios medioambientales en el Middlebury College y autora principal del estudio, señaló que establecer directrices de seguridad ayudaría a proteger a las personas especialmente susceptibles a esos contaminantes.
En los seres humanos, los PFAS están asociados al cáncer, las anomalías fetales, el colesterol alto y los trastornos tiroideos, hepáticos y reproductivos. Esas sustancias químicas se acumulan en el suelo, el agua y la fauna, y los estudios han demostrado que casi todos los estadounidenses presentan cantidades medibles en la sangre.