Qué se sabe del responsable del ataque a un sacerdote y feligreses en Australia
Un menor de 15 años fue detenido por autoridades australianas, señalado como el presunto responsable de atacar este lunes con un cuchillo a un obispo y a tres feligreses en la Iglesia de Cristo el Buen Pastor, situada en la localidad de Wakeley, al oeste de la ciudad de Sídney, en Australia, informan medios locales.
"Los informes indican que tiene lesiones en las manos; no sé el alcance de esas lesiones en este momento", informó el comisionado adjunto en funciones de la Policía de Nueva Gales del Sur, Andrew Holland, en una conferencia de prensa que ofreció después de los hechos, al ser consultado sobre los rumores de que al joven le habían cortado un dedo tras el ataque, como un acto de venganza.
Luego agregó que "sus heridas son bastante graves en la mano" y que estaba "bastante molesto y angustiado".
"Ha pedido hablar con sus padres y en este momento estamos haciendo [esos] arreglos", añadió el uniformado a la prensa.
Tras los hechos, el adolescente, una vez en manos de la Policía, fue llevado a un lugar no revelado, por su seguridad.
La Policía de Nueva Gales del Sur confirmó que el presunto atacante era conocido por los agentes y que no asistía habitualmente a la iglesia.
Los hechos
El ataque ocurrió cuando el obispo Mar Mari Emmanuel estaba oficiando una misa, que se transmitía en vivo por internet. El chico, vestido de negro, se acercó a él y lo apuñaló en la cara y el cuerpo. Tras ello, el sacerdote cayó al suelo.
Se escucharon gritos de la multitud, mientras varias personas se apresuraban a intentar ayudar al obispo herido. Otros de los presentes, de entre 20 y 60 años, también resultaron lesionados; entre ellos el padre Isaac Royel.
Los feligreses se lanzaron contra el adolescente, para retenerlo mientras llegaba la Policía. Hicieron "un trabajo fantástico", dijo Holland.
Al poco, tras conocerse el ataque, una multitud conmocionada se concentró a las afueras de la iglesia. Más de 100 policías y más de 30 vehículos policiales llegaron a la zona, incluidos agentes especializados, así como un helicóptero.
Los uniformados se enfrentaron con la multitud al producirse disturbios, resultando varios de ellos heridos y algunos autos policiales con daños. Los agentes tardaron horas en controlar la situación.
Una vez que se consideró lo suficientemente segura la zona, la Policía sacó al adolescente de la iglesia y se lo llevó a un lugar no revelado.
La comisionada de la Policía local, Karen Webb, declaró el incidente como un "ataque terrorista".