El rápido derretimiento del hielo en el Ártico —que se calienta cuatro veces más rápido que el resto del mundo— ha facilitado el acceso a una parte más extensa de esta zona estratégica, provocando una mayor competencia entre las grandes potencias que aspiran a beneficiarse de los recursos naturales, y ha creado el "potencial para el conflicto entre Washington, Moscú y Pekín", señala un reciente artículo de The Washington Post, cuyos reporteros tuvieron la oportunidad de presenciar las maniobras de las fuerzas especiales de EE.UU. en un campo de entrenamiento en las afueras de Fairbanks (Alaska).
En este contexto, el Pentágono —"temeroso de un conflicto con Rusia o China", cuyos "poderosos Ejércitos compiten con EE.UU. por el dominio en el Ártico"—, está entrenando a sus fuerzas de operaciones especiales para "enfrentar una amenaza directa al territorio estadounidense" o al de sus aliados de la OTAN en "uno de los escenarios más traicioneros del planeta".
"Una pesadilla absoluta"
Las adversas condiciones climáticas convierten en "una pesadilla absoluta" cualquier conflicto potencial en el Ártico para quienes sean enviados a combatir, estiman desde el medio. Es por eso que, actualmente, las fuerzas de operaciones especiales de EE.UU. se encuentran "en medio de una gran transformación".
Así, un comandante del 10.º Grupo de Fuerzas Especiales, con base en Colorado, —que se supone que es un centro de intercambio de información del Ejército de EE.UU. para las operaciones clandestinas en climas fríos— dijo al medio que, durante las últimas dos décadas, la mayoría de las actividades de su división se realizaban en el marco de las misiones del Mando Central de las Fuerzas Armadas de EE.UU. (CENTCOM, por sus siglas en inglés), que supervisa las operaciones en Oriente Medio. "También nos centramos en Europa. Pero hemos ignorado gran parte del Ártico", reveló.
Mientras tanto, "Rusia ha vuelto a encender las luces en las instalaciones militares de la era soviética en toda la región [ártica], renovando una constelación de bases que superan en número la presencia colectiva de la OTAN allí", señala el diario. Por otra parte, China cuenta con una flota más grande que la de EE.UU., que sigue creciendo, y lo está superando en tecnología como misiles hipersónicos, un dato reconocido por el Pentágono.
"La gran ventaja china está en los números", especificó al medio el asesor principal del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, Mark Cancian, y añadió que "el mero tamaño" del Ejército chino "plantea una enorme preocupación".
El Ártico "puede matar"
Ante esta situación, el Pentágono se esfuerza en no quedarse atrás y ha intensificado su actividad en el Ártico, llevando a cabo ejercicios conjuntos con la OTAN y entrenando a sus propias fuerzas especiales.
Durante uno de estos "ensayos de estrés", que se realizó este invierno en un campo de entrenamiento en las afueras de Fairbanks (Alaska), un equipo de Boinas Verdes y uno de Tierra, Mar y Aire de la Armada de EE.UU. (SEAL, por sus siglas en inglés) pusieron a prueba sus capacidades con temperaturas de 20 grados centígrados bajo cero: se lanzaron con paracaídas a las aguas heladas de Marmot Bay, navegaron en un bote inflable y montaron en motos de nieve.
Además, los marines dispararon 16 proyectiles sin carga explosiva, ya que "los misiles estándar que querían usar no estaban disponibles por su demanda en Ucrania", especificó el medio con referencia a un infante de la Marina.
Describiendo el transcurso de estas maniobras, el capitán Bill Gallagher, comandante de la unidad SEAL que participó en los ejercicios, indicó que en el Ártico incluso las funciones más rutinarias pueden convertirse en una amenaza existencial, ya que se trata de uno de los lugares más accidentados y extremos para que opere cualquier Ejército. En el Ártico, "el entorno puede matarte más rápido que cualquier enemigo", observó.
Otro comandante, que habló bajo condición de anonimato, indicó que "todo es más difícil cuando estás en las montañas" cubiertas de glaciares, "porque las montañas siempre tratan de matarte".