Brasil vivió estos días un drama tristemente habitual en las costas de países como España o Italia: las autoridades hallaron nueve cuerpos en avanzado estado de descomposición en una embarcación artesanal a la deriva en aguas del norte del país. Pero por el número de impermeables que había en el interior, se cree que viajaban al menos 25 personas a bordo y que las que no han sido localizadas pudieron ser lanzadas al mar al morir. Todos habrían muerto de sed y de hambre en su viaje en busca de un vida mejor.
Los documentos localizados confirmaron las sospechas de que las víctimas provenían del continente africano, especialmente, de Mauritania y Mali.
Las investigaciones se centran ahora en dilucidar desde dónde partió exactamente la patera –se piensa que emprendió el viaje después del 17 de enero– y analizar las muestras de ADN, huellas dactilares y dientes para identificar a las personas y comprobar si existen denuncias sobre su desaparición.
El hecho de que los impermeables encontrados fuesen todos idénticos apunta a que detrás de esta desgracia se encuentra una red criminal. "Una organización que probablemente alquiló el barco y vendió los espacios. Los impermeables son una fuerte evidencia de que hay una organización criminal que se enriquece con la tragedia humana de la inmigración", explicó José Roberto Peres, superintendente de la Policía del estado de Pará.
"La ruta más peligrosa del mundo"
Los expertos sospechan que la barca –de madera y fibra, típica los pescadores mauritanos– tenía como destino las Islas Canarias, un archipiélago español situado frente a las costas de África Occidental que se utiliza como entrada al continente europeo. La fundadora del colectivo Caminando Fronteras, Helena Maleno, advierte de que en "estos momentos la ruta migratoria canaria es la más peligrosa del mundo".
Según el Monitoreo del Derecho a la Vida realizado por el colectivo, en 2023, 6.618 personas perdieron la vida al intentar llegar a España, 363 eran mujeres y 384 eran niños y niñas. La ruta Atlántica hacia las islas Canarias fue la región migratoria más letal del mundo durante este período al engrosar 6.007 muertos. Solo entre enero y marzo de este año ya han desaparecido unas 1.500 personas en este viaje.
"Las embarcaciones de pesca usadas para transitar esta ruta migratoria corren un grave riesgo cuando se adentran en el Atlántico, porque cualquier fallo de motor o pérdida de rumbo las envía de forma inexorable a lo más profundo del océano Atlántico", añade el informe.
Precisamente, cómo el cayuco pudo cruzar el Atlántico y llegar hasta Brasil –un trayecto de unos 4.800 kilómetros– es una de las preguntas que intentan esclarecer los expertos. La Armada informó que el barco, de aproximadamente 13 metros de eslora y dos de manga, fue encontrado sin motores, sistemas de propulsión o de dirección. Además, no tenía daños estructurales por lo que no había señales de un naufragio.
"Corrientes marinas"
El oceanógrafo y profesor de la Universidad del Estado de Río de Janeiro, David Zee, explicó que hay dos tipos de circulación pueden mover una embarcación: el aire y el agua.
"Como el barco aparentemente no tenía vela, no se puede decir que el viento fuera el principal factor de desplazamiento. Tiene que ser otra cosa: las corrientes marinas", aseveró.
También Marco Silva, profesor del departamento de Oceanografía de la Universidad Federal de Pernambuco se decanta por la teoría de las corrientes marinas. "El barco debió coger la corriente ecuatorial norte y descender hasta acercarse al ecuador, cuando giró y comenzó a dirigirse hacia América", comentó.
El especialista calcula que el viaje entre ambos continentes podría haberse completado en 90 días, estimación que también consideró la Policía Federal. Silva destacó que el barco probablemente llegó a Brasil, sin control de navegación, porque hacía buen tiempo. "Si hubiera pillado una tormenta, seguramente se habría hundido, porque se habría enfrentado a olas de hasta ocho metros. Pero si tocó mares en calma, simplemente llegó hasta aquí", afirmó.
La Policía comunicó que en 2021 hubo otro caso de un cayuco que arribó a la costa brasileña de Ceará desde Mauritania con tres cuerpos sin vida en el interior. Ese mismo año una embarcación que salió de ese mismo país africano con destino a las Islas Canarias terminó en una playa cercana a Trinidad y Tobago, en el Caribe.
Dentro había 14 cadáveres. Tras una minuciosa investigación, al agencia AP pudo identificar a 33 de los 43 jóvenes de Mauritania, Malí, Senegal y posiblemente de otras naciones de África Occidental que viajaron en aquella patera.
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