Las reconocidas compañías Zara y H&M contribuyen indirectamente a la degradación ambiental de la sabana de El Cerrado, en el Amazonas brasileño, según reveló un reciente informe publicado por el grupo ambientalista británico Earthsight, intitulado 'Fashion Crimes'.
La ONG "pasó más de un año analizando imágenes satelitales, sentencias judiciales, registros de envíos, y actuó de forma encubierta en ferias comerciales mundiales para rastrear casi un millón de toneladas de algodón contaminado desde algunas de las propiedades más notorias de Brasil hasta fabricantes de ropa en Asia que son proveedores de los dos mayores minoristas de moda del mundo", refiere una nota de prensa alusiva al estudio.
En particular, el informe sostiene que H&M y Zara obtuvieron algodón de dos empresas líderes del agronegocio brasileño: SLC Agricola y Horita Group, que aparecen vinculadas a violaciones ambientales y éticas que incluyen la desforestación masiva, el acaparamiento de tierras y la corrupción.
Pese a ello, el algodón recibió la certificación ética de la iniciativa Better Cotton. De esa manera, se exportaron más de 816.000 toneladas de algodón de granjas brasileñas implicadas en prácticas ambiental y éticamente cuestionables, que luego fueron entregadas a los ocho fabricantes asiáticos que se encargan de confeccionar la ropa para esas marcas.
Al revelarse la evidencia, Better Cotton se comprometió a realizar una auditoría independiente sobre las acusaciones y prometió transparencia total, al tiempo que Inditex, cuya marca principal es Zara, ha solicitado la divulgación completa de todos los resultados encontrados por Earthsight, aunque reconoció que se trata de acusaciones que revisten gravedad. De su parte, la Asociación Brasileña de Algodón defendió sus prácticas, si bien sus explicaciones no han sido acogidas por la mayoría, apunta el estudio.
Impacto en El Cerrado
Las pesquisas apuntan que las prácticas del agronegocio brasileño han favorecido la degradación de El Cerrado, considerada por los especialistas como la sabana más biodiversa del planeta.
Así, pese a las multas y penalizaciones reiteradas por parte del Estado brasileño contra las poderosas compañías del agronegocio, unas 100.000 hectáreas de vegetación nativa en la sabana de El Cerrado han sido taladas para establecer en su lugar campos algodoneros.
Lo anterior refleja problemas de gobernanza en el territorio brasileño, que a menudo se traducen en el despojo sistemático de la tierra a los pobladores locales, prolongadas batallas legales e ineficacia, al menos parcial, de las políticas ambientales, pues la balanza ha terminado por decantarse hacia la rentabilidad de la exportación de rubros como la soja y el algodón.