Esta semana un tema sobrevuela las redes sociales en España: el consumo de alcohol. ¿Se bebe demasiado? ¿Se trata de un consumo socialmente tolerado e incluso fomentado? ¿Dos o tres cervezas después de trabajar todos los días son sinónimo de una adicción?
Todas estas preguntas están en el aire en el debate tuitero de estos días. La polémica se desató después de la intervención de Jorge Matías, conocido en la red social X como @El_Yayo. Escritor y columnista del medio local La Voz, el año pasado publicó un libro autobiográfico en el que narra su experiencia con el alcohol y el duro proceso por el que pasó para dejarlo.
El miércoles, Matías intervino en calidad de experto en el programa matinal Espejo Público y su debate con los colaboradores del espacio, fundamentalmente con uno de ellos, se hizo inmediatamente viral en las redes.
"Aunque no seas un alcohólico, el alcohol no es inocuo. El alcohol es una droga, una droga dura y no hay una dosis segura", decía Matías cuando fue interrumpido por el periodista y escritor Ángel Antonio Herrera.
"Lo que importa es la dosis. Una cerveza o dos o tres o dos vasos de vino... Naturalmente una vida sin alcohol a lo mejor para alguna gente es una vida francamente inocua, aburrida y estéril", sostuvo el tertuliano, con una afirmación que a muchos les pareció la definición de una persona adicta.
"Que en España la gente tome dos o tres cervezas al día a mí me parece saludable", concluyó Herrera su intervención, muy criticada en las redes sociales.
Lo cierto es que en la sociedad española está muy normalizado el consumo de alcohol, algo de lo que se suelen quejar las personas abstemias, a las que normalmente se les pide explicaciones de por qué no beben alcohol y se les invita reiteradamente a hacerlo.
La mayoría de las reacciones de los internautas han girado precisamente en torno a esa normalización de las "tres cervecitas" diarias y de la presión social a la que incita a su consumo.
Otras personas han querido aportar datos sobre el síndrome de abstinencia de esta adicción, la circunstancia de que personas alcohólicas puedan ser funcionales en su día a día, o el hecho de que la adicción no la define la cantidad ingerida, sino la necesidad de su consumo.
¿Qué dicen los datos?
Según el informe Health at a Glance 2023 de la Organización para la Cooperación Económica y el Desarrollo (OCDE), España es el segundo país que más alcohol consume en el mundo, con 11 litros de alcohol puro al año por persona mayor de 15 años.
Para hacerse una idea de lo que significa ese dato, una cerveza de 5º contiene 50 mililitros de alcohol por litro. De manera que para alcanzar los 11 litros hay que consumir 220 litros de cerveza, o lo que es lo mismo 660 latas de 33 centilitros.
Además, según el Plan Nacional sobre Drogas del Ministerio de Sanidad, el 73,9 % de los jóvenes de entre 14 y 18 años han bebido alguna vez, mientras que el 1,6 % lo ha hecho diariamente en el último mes.
El organismo público recoge también que en los últimos 30 días, el 23,2 % de esa franja de edad se ha emborrachado y el 27,9 % ha bebido cinco o más bebidas alcohólicas en un lapso de dos horas.
En España, el inicio medio del consumo de alcohol se produce a partir de los 16 años en los hombres y los 17 en las mujeres.
El alcohol fue responsable en 2021 del 36,2% de las admisiones a tratamiento por abuso o dependencia. Además, se encuentra presente en gran parte de los patrones de policonsumo.
El perfil de los admitidos a tratamiento por alcohol es el de un varón de 47,3 años que vive con su familia o solo, que acude por iniciativa propia o derivado por su médico de cabecera u otros centros de tratamiento, y que consume alcohol todos los días.
Los episodios de urgencias hospitalarias relacionadas con el consumo de alcohol representan el 41,4 % de las de todos los tipos de droga.
Además, el consumo de alcohol se mantiene como la segunda causa más concurrente en los siniestros de tráfico. De hecho, estuvo presente en 3 de cada 10 accidentes mortales en 2022. El 51,9 % de los conductores fallecidos en carretera ese año dieron positivo en alcohol, drogas o psicofármacos, aisladamente o en combinación.
El debate en redes de estos días llega en la misma semana en que la ministra de Sanidad, Mónica García, anunció que tramitará una ley para prevenir el consumo de bebidas alcohólicas en menores, enfocándolo desde la perspectiva de la salud pública e incorporando herramientas para abordar esa prevención desde el ámbito educativo y familiar.
Lo cierto es que todo el revuelto levantado ha servido para el propósito inicial de Matías, que era concienciar sobre la problemática de este consumo.