El Gobierno de Chad envió la semana pasada una carta al agregado de defensa estadounidense en el país africano, amenazando con poner fin a un crítico acuerdo de seguridad con EE.UU., lo que obligaría a sus tropas a abandonar la base militar de Yamena, según comunicaron cuatro fuentes estadounidenses a CNN. Yamena es un importante centro para las Fuerzas de Operaciones Especiales de Estados Unidos en la región.
Desde la oficina del jefe del Estado Mayor Aéreo de Chad, Idriss Amine, fue enviada la carta sin utilizar los canales diplomáticos oficiales. En la misiva se amenaza con cancelar el Acuerdo sobre el Estatuto de las Fuerzas (SOFA, por sus siglas en inglés), que determina las reglas y condiciones bajo las cuales el personal militar estadounidense puede operar en el país.
Bloomberg, que pudo ver el contenido de la carta, señala que la misma tenía como objetivo "advertir a los estadounidenses que hemos tomado la decisión de detener su actividad". Esto fue confirmado por el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Ibrahim Mahamat Ahmed.
Aunque una fuente dijo que en el país hay menos de 100 soldados, otras dos fuentes advirtieron que la carta podría ser una táctica de negociación para conseguir un nuevo acuerdo que favorezca mejor los intereses del gobierno de Chad. Otra fuente señaló que la amenaza tomó por sorpresa a los funcionarios estadounidenses y llega en un momento crítico para los intereses de EE.UU. en África.
Níger rescinde acuerdo militar con EE.UU.
La medida se produce apenas un mes después que el Consejo Nacional para la Defensa de la Patria (CNSP), que gobierna en el vecino Níger desde el golpe de Estado del 26 de julio pasado, rescindió, con efecto inmediato, el acuerdo que permitía al personal militar y civil del Departamento de Defensa estadounidense mantener su presencia en territorio nigeriano.
A raíz de esto, un oficial de alto rango de la Fuerza Aérea de Estados Unidos estacionada en Níger envió una carta a los líderes del Congreso, en la que expresa su preocupación por la actuación de la Embajada estadounidense en el país africano y pide ayuda para la retirada de los militares.
Según ese oficial, tras el golpe en Níger, unos 1.100 militares estadounidenses que permanecen actualmente en el país se han convertido en "rehenes" que siguen la orden de "sentarse y esperar" en sus bases militares, sin poder cumplir su misión antiterrorista ni regresar a EE.UU.