Un cráneo perteneciente a un niño de entre 11 y 14 años ha sido el último resto mortal exhumado de la fosa de Víznar, en la provincia de Granada, al sur de España, según apunta la prensa local.
Se trata de un lugar en el que fueron asesinados sin juicio previo un número indeterminado de personas por los sublevados franquistas desde el inicio de la Guerra Civil española. Por el momento se han recuperado los restos de más de un centenar, muchos de ellos con signos de tortura.
Los de este pequeño son hasta ahora los restos más jóvenes exhumados: se encontraban junto a su lápiz y una goma de borrar. Fue fusilado a finales de 1936, como se puede comprobar por los dos agujeros de bala que tiene su cráneo. Una de ellas todavía se alojaba en su interior.
Las labores en esta fosa las lleva a cabo un equipo multidisciplinar que trabaja en el proyecto 'Barranco de Víznar. Lugar de Memoria', que afronta ya su cuarta campaña de exhumaciones en esta zona.
"Emocionalmente nos ha afectado bastante porque uno no puede imaginarse a un niño de esa edad, alrededor de los 12 años, que aún conservaba de su colegio su lápiz de dibujo", explicaba a La Sexta el profesor de la Universidad de Granada y coordinador de la excavación, Francisco Carrión Méndez.
Las labores de exhumación están acompañadas por familiares de víctimas que se encuentran a la espera de si se consigue recuperar los restos de sus allegados.
Los familiares se apoyan en la forma en la que fueron asesinados y los signos violentos que presentan muchos de los restos para exigir que estas muertes sean consideradas crímenes de lesa humanidad, para que no prescriban.
Es en este barranco donde se cree que podrían reposar los restos del poeta Federico García Lorca, asesinado por el bando sublevado un mes después del golpe de Estado que propició la Guerra Civil, el 18 de agosto de 1936, acusado de socialista, masón y homosexual.
El barranco de Víznar está repleto de fosas comunes de todos los tamaños, donde fueron sepultadas miles de personas por sus simpatías con la República española.
En su fosa principal hay un pequeño monolito de piedra con la inscripción: "Lorca somos todos. 18-08-2002". Allí, el 19 de agosto se celebra cada año una velada poética que da comienzo a la medianoche y se alarga hasta la madrugada.
Según diversas investigaciones, las ejecuciones en Víznar no concluyeron con la guerra, sino que se prolongaron años después.