El Senado estadounidense ha respaldado una prórroga de dos años de la Sección 702 de la ley de vigilancia, que permite a los servicios especiales llevar a cabo la vigilancia electrónica de extranjeros fuera de Estados Unidos, informa The Washington Post.
Según la publicación, la ley es "una de sus herramientas más valiosas y una de las que los críticos de izquierda y derecha dicen que invade la privacidad de los estadounidenses".
La ley permite a las agencias de inteligencia estadounidenses recabar sin orden judicial las comunicaciones digitales de extranjeros en el extranjero, incluso cuando envían mensajes de texto o correos electrónicos a personas dentro de Estados Unidos.
Las comunicaciones consideradas relevantes para las investigaciones de seguridad nacional del Buró Federal de Investigaciones (FBI) son compartidas con el organismo. Según el Gobierno, esto solo afecta al 3 % de los objetivos extranjeros.
"Pero la ley es controvertida porque algunas de esas comunicaciones pueden implicar intercambios con estadounidenses, que el FBI puede ver sin una orden judicial", señala The Washington Post.
La aprobación de la Cámara de Representantes la semana pasada se produjo a pesar de la súplica del expresidente Donald Trump en las redes sociales de "matar" el proyecto de ley. La medida pasa ahora a la mesa del presidente Biden para que la firme.