Las Fuerzas Aéreas de Corea del Sur y Estados Unidos están actualmente llevando a cabo un entrenamiento anual a gran escala, el mayor que ha tenido lugar en la península de Corea. El simulacro, de dos semanas de duración (del 12 al 26 de abril), cuenta con la participación de aproximadamente 100 aviones de combate de 25 tipos y 1.400 soldados.
Un ejercicio realizado el viernes involucró pruebas conjuntas con fuego real. En ellas un caza F-35A de la Fuerza Aérea surcoreana disparó un misil aire-tierra GBU-12 contra un objetivo móvil que simulaba ser un lanzador móvil de misiles del Ejército norcoreano.
Ejercicios masivos
Asimismo, se ensayó un escenario complejo en el que las fuerzas aliadas respondieron a la infiltración simultánea de múltiples aviones de combate de baja y alta velocidad, misiles de crucero y drones. Además, es la primera vez que el avión de ataque no tripulado estadounidense MQ-9 Reaper participa en estos ejercicios a gran escala, desarrollado en la base militar surcoreana de Kunsan.
"Las Fuerzas Aéreas de Corea del Sur y de Estados Unidos están completamente preparadas para el combate para poder repeler inmediatamente las provocaciones enemigas", afirmó a la prensa local Lee Sang-taek, jefe del grupo de control de entrenamiento surcoreano.
Entre tanto, este viernes Corea del Norte realizó una prueba de una "ojiva supergrande" de misil de crucero y un lanzamiento de prueba de su nuevo misil antiaéreo. "Ambas pruebas formaban parte de las actividades habituales de la Administración y sus institutos científicos de defensa afiliados para el rápido desarrollo de tecnologías […] y no tuvieron nada que ver con la situación circundante", señaló la agencia de noticias norcoreana KCNA.