El Instituto Nacional de Investigaciones Arqueológicas Preventivas de Francia (INRAP) informó este martes que su personal encontró los restos de una estructura romana de casi 1.700 años de antigüedad alrededor de un manantial en la localidad de Chamboret, en el centro del país.
El descubrimiento de las históricas ruinas tuvo lugar en las excavaciones previas a las obras en la carretera nacional 147, específicamente en el tramo que une las ciudades francesas de Limoges y Bellac. De acuerdo con el INRAP, se cree que la inusual estructura romana data del siglo III después de Cristo, durante el período del Imperio romano tardío.
La evidencia más antigua en este recinto son los vestigios de un edificio de piedra seca con piso rectangular, así como pozos para postes y areneros pertenecientes a otro edificio construido con madera. Se sugirió que posiblemente estas estructuras correspondan a una casa y una granja, respectivamente.
El organismo gubernamental señala que el hallazgo de las ruinas podría aportar nueva información relacionada con las actividades agrícolas de los lemovices, una tribu gala de Europa central que se estableció en el centro de Francia en la época de la ocupación romana.
El sitio donde está situada la estructura parece que fue abandonado antes de experimentar un renacimiento mientras las tropas del Imperio romano estaban estacionadas en la zona. Además, los fragmentos de ladrillos y tejas que fueron desenterrados en el lugar por los arqueólogos muestran signos de calentamiento, lo que podría significar que ocurrió un incendio.
Los tesoros descubiertos
La fuente subterránea del manantial, que actualmente sigue activa, posiblemente estuvo rodeada por una carcasa de madera enterrada en un pozo lleno de piedras planas. Esta fuente alimentaba un estanque que estaba rodeado por una especie de muro construido con bloques de granito que contenían fragmentos cerámicos que datan de los siglos III y IV.
El IRAP detalla que también se descubrieron monedas del período romano tardío, así como un fragmento de cerámica que representa el rostro de una deidad o de la criatura mitológica femenina conocida como Medusa. "Estas instalaciones arrojan luz de forma inusual sobre la ocupación en la Antigüedad tardía", subraya la institución, añadiendo que "este tipo de sitio rural ilustra sin duda una etapa en la transición gradual a la Alta Edad Media".
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