El Estado Mayor Central de las extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) ya no es una estructura centralizada, sino un ente fragmentado por las discrepancias internas entre sus integrantes regionales, que han socavado su capacidad de enriquecerse mediante negocios ilegales, según se desprende de las conclusiones de la inteligencia colombiana que conoció W Radio.
A la situación contribuyeron en gran medida las riñas entre las disidencias de 'Iván Mordisco' y 'Calarcá', que "no estaba dispuesto a aportar tanto dinero para el sostenimiento de estructuras, que de por sí tienen mucho terreno y posibilidades de lucrarse, como son las de los bloques ubicados en Arauca, Casanare, Cauca y Nariño".
Así, Néstor Gregorio Vera Fernández, alias 'Iván Mordisco' —uno de los cabecillas del EMC— ha perdido el mando y control de sus estructuras. El comandante "habría impuesto sus mayorías", ante lo que 'Calarcá', "a regañadientes, aceptó continuar enviando dinero desde su territorio, pero a finales de noviembre pidió estar en la mesa de negociación con el Gobierno", reporta la emisora.
'Calarcá' insistía en que con las cantidades de dinero que aportaba, la relación costo-beneficio no se veía reflejada "en exigencias, decisiones y prebendas". Al mismo tiempo, la agrupación "quería tener un poco más de libertad para movilizarse por el territorio sin tener la amenaza de las operaciones militares en su zona de los departamentos de Meta y Guaviare".
'Iván Mordisco' inicialmente se negó a esa petición, y finalmente se produjo "una especie de 'golpe de Estado' dentro de la organización que él confeccionó, diseñó y a la cual mandaba a sus anchas", indicó el citado informe de la inteligencia. Al enterarse de ello, 'Calarcá' amenazó "con no volver a enviar dinero y organizar unas disidencias de las disidencias".