Su perfil no ha cambiado después de la inesperada nominación. Edmundo González Urrutia, el 'gallo tapado' de la derecha venezolana, no solo es un desconocido en los predios electorales sino que, por lo visto, su estrategia es mantener ese mismo perfil.
La semana pasada, en una entrevista, el exdiplomático de 74 años confesó algo insólito para quien pretende llegar a Miraflores y arrebatarle el poder al chavismo: no hará campaña en persona, sino que delegará esa responsabilidad a una persona que está inhabilitada para ejercer cargos públicos.
"Yo no pienso estar recorriendo el país en una campaña electoral, porque se trata de una campaña distinta", dijo Gonzalez Urrutia, antes de reconocer que planeaba delegar la tarea de presentarse al electorado, de cara a un comicio que se celebrará en tres meses.
¿La sustituta?
Prácticamente inactivo en redes sociales, anónimo entre las vocerías opositoras más destacadas y con una candidatura producto de un pacto de última hora, el aspirante ha dejado claro que el papel protagónico de su campaña será de María Corina Machado.
De hecho, González Urrutia se refiere a ella como "la candidata", a pesar de que Machado no figura en el tarjetón electoral ni puede presentarse a la elección por estar inhabilitada. Ese "fallo" recurrente ha provocado suspicacias incluso dentro de la misma oposición, que pone en duda el liderazgo real que tiene el abanderado.
"La candidata María Corina sí está haciendo [la campaña proselitista] y lo está haciendo muy bien", sostuvo recientemente en una entrevista. En redes sociales, una de las imágenes que levantó más polémica en los últimos días fue la de Machado portando un afiche de cartón con la cara de González Urrutia, en medio de un mitin en el interior del país.
En un video de su propio partido, Machado dijo: "Edmundo González Urrutia es el candidato de todos los venezolanos, por el que vamos a votar el 28 de julio, aquí está clarito todo".
No obstante, la vocera –inhabilitada por su presunta responsabilidad en actos de corrupción– aprovechó para poner en duda el sistema electoral venezolano: "Sabemos que estamos enfrentando un terreno lleno de trampas y de fraudes. Aquí nadie se chupa el dedo", alegó sin presentar pruebas.
"Vamos a ganar y vamos a cobrar", aseveró. El habitual tono de confrontación de Machado dista de lo que ha dicho el propio González Urrutia, quien aseguró que la campaña a favor de su candidatura no será con "un lenguaje agresivo".
Sin calle
Lo que sí está claro es que, de plano, el exdiplomático descarta lanzarse a las calles para hacer proselitismo "a la usanza". "Aquí no hay tiempo para estar haciendo grandes despliegues de visitas y giras en todo el país, no hay tiempo ni hay dinero", sostuvo.
Sin embargo, asume por descontado que Machado dará la cara por él en las calles y que, "en algún momento", irá a un acto público con ella en los 90 días que quedan de promoción.
Otros sectores de la oposición también intentar reforzar la idea del necesario protagonismo de Machado, entre ellos, el político prófugo de la justicia Antonio Ledezma: "Ella sabe hacer campaña y asume todos los riesgos en pro de Edmundo González".
Para algunos analistas, como Miguel Ángel Pérez Pirela, Machado solo está aprovechando la evidente debilidad de la candidatura de González Urrutia para tomar la delantera política, bajo el supuesto "mandato" de unas primarias de la derecha en las que ella se impuso, pese a no poder presentarse a unas elecciones: "Es la excusa que ella está dando para legitimarse".
"A María Corina nadie le ha dado mandato de nada, por lo cual este candidato no tiene ninguna legitimidad y ella tampoco (...) Si nos creemos la mentira de unas primarias de dos millones [de votos que respaldaron a Machado], no hay mandato: es el ala radical de la extrema derecha, que existe en gran parte de los países del mundo", reflexionó Pirela.
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