Los países miembros de la OTAN se están preparando para luchar hombro con hombro a pesar de sostener desacuerdos fundamentales sobre las principales amenazas que enfrenta la Alianza, reportó este lunes The Wall Street Journal.
Según el periódico estadounidense, una de las divisiones más fundamentales de la alianza militar es la disparidad en la forma en que los países miembros ven las amenazas. La OTAN considera a Rusia como su principal amenaza. Sin embargo, muchos funcionarios de Turquía y otros países miembros del Mediterráneo están más preocupados por los conflictos regionales, la inmigración ilegal y el terrorismo que por las acciones del Kremlin.
Aunque los planificadores militares de la OTAN consideran improbable una invasión rusa directa en un país miembro y vecino de Rusia en un futuro próximo, la Alianza ha comenzado de nuevo a prepararse para una guerra de coalición porque le preocupa que Moscú pueda desencadenar conflictos en países cercanos, como las naciones bálticas, agitando a los rusos locales y utilizando las tensiones como pretexto para interceder, destaca el medio citado.
Ahora, prepararse para una guerra vuelve a ser una prioridad de la OTAN, por lo que la Alianza pretende "preparar a los aliados para luchar hombro con hombro", especifica el periódico. Una de las acciones que reflejan estas intenciones es que este año la OTAN decidió llevar a cabo el mayor ejercicio militar desde 1988, denominado Steadfast Defender, considerado por el secretario del Consejo de Seguridad ruso, Nikolái Pátrushev, como "un elaborado escenario de confrontación armada con Rusia".
Disputas internas
La OTAN está plagada de otras disputas internas, recoge el medio, una de estas es que los líderes discrepan sobre si debe permitirse la adhesión de Ucrania y otros países aspirantes. Además, tendrían problemas para cumplir las metas del presupuesto, ya que seis de sus 12 miembros fundadores siguen lejos de alcanzar los niveles de presupuesto militar a los que se comprometieron hace una década.
Según el Journal, ese bajo gasto los ha convertido en el blanco de los ataques del candidato presidencial republicano, Donald Trump, lo que genera dudas sobre el futuro de la Alianza si gana las elecciones presidenciales en noviembre.