El futbolista malasio Safiq Rahim es el último de tres jugadores que han sufrido ataques en el país asiático en la última semana.
El incidente se produjo la noche del martes, cuando el vehículo del exinternacional fue interceptado por dos sujetos motorizados. Los agresores rompieron el cristal trasero del Honda City de Rahim y luego amenazaron con golpearlo con un martillo. Sin embargo, el futbolista logró salir ileso del ataque, que ocurrió después de una sesión de entrenamiento de su club Johor Darul Takzim en la ciudad de Johor Bahru.
Otra agresión fue registrada el domingo, esa vez contra Faisal Halim, jugador de la selección malasia y del equipo Selangor, quien sufrió quemaduras de cuarto grado tras ser rociado con ácido en el parqueadero de un centro comercial en la ciudad de Petaling Jaya.
Ese ataque tuvo lugar tres días después que otro internacional, Akhyar Rashid, del club Terengganu, resultara herido al ser golpeado con una barra de hierro y robado por dos personas frente a su domicilio en la ciudad de Kuala Terengganu.
Según la Policía malasia, los tres casos no están relacionados entre sí pese a que los delincuentes evidenciaron un 'modus operandi' parecido, pues actuaban en pareja y seguían a las víctimas antes de atacarlas.
De cualquier manera, las autoridades están investigando también si los ataques guardan relación con una carta envenenada enviada el pasado mes de abril a la Federación de Fútbol de Malasia, en la que se criticaba el liderazgo y la gestión de ese organismo.