La Compañía de Jesús anunció este viernes la expulsión del presbítero chileno Felipe Berríos, que ha sido acusado de abusos sexuales contra mujeres, informó la institución en un comunicado publicado en su página web, en el que se precisa que por disposición del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, se "le ha prohibido el ejercicio público del sacerdocio y todo contacto pastoral con menores de edad durante un período de 10 años".
En el texto se explica que Berríos "fue denunciado el 28 de abril del año 2022, lo que dio lugar a la apertura de una investigación previa canónica a cargo de la abogada externa, María Elena Santibáñez, que confirmó la verosimilitud de hechos de índole sexual denunciados por siete mujeres que tenían entre 14 y 23 años cuando ocurrieron", a lo que se sumó una octava denuncia, cuando ya las pesquisas estaban en curso.
Así, la Compañía estableció que "Felipe Berríos es culpable de delitos contra el sexto mandamiento cometidos con menores de edad y de delitos de solicitación a pecar en contra del sexto mandamiento, durante o con ocasión de la confesión".
"Como Compañía de Jesús, con humildad pedimos perdón a las víctimas, sus familias y cercanos por el dolor causado. Hechos como estos jamás deberían ocurrir. Confirmamos nuestro compromiso por seguir trabajando incansablemente por el cuidado de toda persona para que los abusos no tengan cabida al interior de nuestras instituciones", concluye el documento.
La versión de Berríos
Tras conocerse el dictamen de los Jesuítas, Berríos negó los hechos y denunció la falta de garantías procesales en la causa, pues, en su opinión, "el procedimiento canónico no es garantía de debido proceso ni de justicia, ya que, al amparo del secreto, impide que la opinión pública sepa de qué y con qué prueba" se le acusó y por qué motivos se le condenó, recoge BíoBío, que cita un comunicado suscrito por el sacerdote.
"Las resoluciones que se me han notificado me sancionan por cuatro casos –todos los cuales niego– y entre los cuales se destaca como más grave un supuesto abrazo dado en el año 2000, en el patio de una casa de retiros, al cual se le atribuye un carácter erotizado. Las otras tres denuncias se refieren a supuestos contactos fugaces con los labios, rodillas, muslos o glúteos de las denunciantes", detalló.
Del mismo modo, señaló que "la declaración pública que acaba de hacer la Compañía de Jesús, una vez más, confunde a la opinión pública, al calificar estos hechos como 'solicitación a pecar en contra del sexto mandamiento', lo que no se condice con ninguna conducta que se me haya atribuido en este proceso ni en ningún otro".
Berríos fue apartado de sus funciones en mayo de 2022, una vez se hicieron públicas las denuncias por agresión sexual. Siete meses más tarde, decidió renunciar a la congregación y se residenció en el norte de Chile.