El canciller de Alemania, Olaf Scholz, y el primer ministro de Suecia, Ulf Kristersson, expresaron su oposición a la introducción de los aranceles a vehículos eléctricos procedentes de China, medida anunciada esta semana por EE.UU.
Durante su visita a Estocolmo, Scholz recordó que la mitad de los vehículos eléctricos importados de China fueron producidos por fabricantes occidentales. "Me gustaría señalar que al menos el 50% de las importaciones de vehículos eléctricos de China provienen actualmente de marcas occidentales que los producen allí y los importan a Europa", dijo.
"Eso también puede marcar una diferencia con respecto a otros países y a América del Norte en este tema", explicó el canciller alemán. En sus declaraciones, Scholz destacó la importancia del comercio mutuo entre la Unión Europea y el gigante asiático.
"Hay fabricantes europeos y norteamericanos que tienen éxito en el mercado chino y que venden sus vehículos en China, debemos recordarlo", indicó el político. Sus palabras fueron apoyadas por Kristersson, quien afirmó que la medida no favorecerá ni a su país ni a Alemania.
"Los aranceles punitivos como solución mágica no son una buena idea para los grandes países importadores y exportadores como Alemania y Suecia", dijo el primer ministro sueco.
Medida dirigida a "sectores estratégicos"
Washington decidió aumentar "drásticamente" los aranceles a productos procedentes de China como vehículos eléctricos, baterías y semiconductores. De acuerdo con la Casa Blanca, la medida está "cuidadosamente dirigida a sectores estratégicos", incluidos el aluminio y el acero, los minerales críticos, las células solares, las grúas portuarias y los productos médicos.
En total, los aranceles se aplicarían a importaciones chinas por un valor total de 18.000 millones de dólares a lo largo de los próximos 2 años. Los aranceles para los vehículos eléctricos importados de China subirán del 27,5% al 100%, hasta el 50% para los componentes solares y el 25% para todos los demás sectores.
Lael Brainard, asesora económica de la Casa Blanca, manifestó que tal paso está destinado a que "las históricas inversiones en empleos impulsadas por las acciones del presidente Biden no se vean socavadas por una avalancha de exportaciones de China injustamente subvaluadas".