La tensa relación entre el presidente de Ecuador, Daniel Noboa, y la vicepresidenta del país suramericano, Verónica Abad, se agudiza. Desde Israel, donde ejerce como embajadora —por encargo del mandatario— la número dos acusó al titular del Ejecutivo de autoritario y de ejercer persecución política.
"Es clara la persecución política", dijo Abad, en entrevista con Expreso; y al ser consultada sobre si Noboa da señales de ser un presidente autoritario su respuesta fue: "Con las decisiones en contra de una Constitución, ya lo es, sin duda alguna".
Indicó que esa persecución política tiene como único fin "que no se pueda dar el orden constitucional", pues "el tiempo avanza y hay un reloj electoral". Con ello se refiere a que buscan sacarla de su cargo, puesto que Ecuador celebrará elecciones en febrero de 2025 y en caso de que Noboa confirme su participación para ser reelecto, deberá dejar encargada la presidencia a Abad, por ser esta la vicepresidenta del país.
"Lo que estoy haciendo es dando a conocer lo que requiere el país. Si no se habla a tiempo, el Ecuador está en alto riesgo de ser gobernado por personas que no tienen la capacidad de entender qué es un Estado de derecho", enfatizó Abad.
Decisiones y acusaciones
En la entrevista hicieron referencia a las decisiones y acusaciones que se han evidenciado en este distanciamiento. El 24 de noviembre de 2023, un día después de tomar posesión, Noboa asignó como única tarea a Abad "colaborar" en nombre de Ecuador "por la paz para evitar el escalamiento del conflicto entre Israel y Palestina"; y el 4 de diciembre emitió un nuevo decreto en que la nombró "embajadora extraordinaria y plenipotenciaria" en ese país.
Posteriormente, ocurrió la detención del hijo de la vicepresidenta, Francisco Barreiro, procesado por el presunto delito de "oferta de tráfico de influencias", a quien le dictaron prisión preventiva y logró salir de la cárcel tras pagar 20.000 dólares de caución, pero con medidas sustitutivas.
La semana pasada se avivó la rivalidad con otros dos hechos. Primero, Juan Esteban Guarderas, vocal del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (CPCCS), anunció una denuncia contra Abad en el Tribunal Contencioso Electoral (TCE) por supuesta infracción electoral; y luego, Noboa reconoció que la situación con su vicepresidenta es "sumamente complicada", dijo no estar de acuerdo "en casi nada" con su comportamiento y la señaló de haber comenzado su carrera política en la Revolución Ciudadana y ser "afín al correísmo", es decir, a las políticas del expresidente izquierdista Rafael Correa, quien gobernó Ecuador entre 2007 y 2017.
Abad, quien acusó a Noboa de estar detrás de la denuncia de Guarderas, indicó que el señalamiento del presidente es una cortina de humo y dejó claro que "nunca" ha sido afín al correísmo.
"Soy una persona opuesta a los valores que se contraponen a mis 24 años de carrera. Todo lo contrario a ello, sin duda alguna no marca mi estabilidad ni mi identidad política. Más bien creo que es una cortina (de humo) que quiere desviar el tema puntual del abuso del poder", mencionó.
No obstante, la funcionaria, que en el pasado hizo declaraciones más inclinadas hacia las posiciones de la derecha o extrema derecha —como su cuestionamiento a la educación y salud gratuitas—, aclaró que no considera "enemigo" a Correa ni a Noboa. "La política se trata de adversarios, es decir, de ideas adversas que se debe llenar de argumentación", agregó.
Abad recordó que lo que la motivó a sumarse como binomio de Noboa para las elecciones presidenciales extraordinarias del año pasado fue el "programa político" que presentaron. "Si lo revisan, podrán ver claramente que lo que hemos propuesto tiene que ver mucho con el componente social, área en que tengo preparación. Y en un inicio fue así, porque yo me iba a encargar de eso", detalló.
Y explicó que el distanciamiento se generó cuando la bancada oficialista en la Asamblea Nacional habría hecho un pacto con el "correísmo" y el Partido Social Cristiano (PSC).
"La nueva política es no seguir el continuismo, es no seguir haciendo lo mismo que hemos fallado en democracia en el Ecuador durante casi 60 años", reprochó Abad.
Por otro lado, la vicepresidenta se mostró en contra del asalto por parte de la fuerza pública ecuatoriana a la Embajada de México en Quito en abril pasado, donde se detuvo al exvicepresidente Jorge Glas.
"La forma de haberlo hecho es obviamente por la parte diplomática. Tenemos un cuerpo diplomático, tenemos normativas, tenemos el derecho internacional", manifestó.