El Vaticano quisiera establecer una oficina permanente en China, lo que sería un gran avance en las relaciones con Pekín, según declaró el martes el secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Pietro Parolin.
Hablando en una conferencia sobre la Iglesia católica de China, Parolin resaltó la esperanza de la Santa Sede de "tener una estable presencia" en el país asiático, para lo cual el Vaticano podría considerar nuevas fórmulas diplomáticas, dijo el cardenal, citado por Reuters.
El año pasado, el Vaticano obtuvo permiso para contar con un representante papal en Vietnam, otro país asiático con el que no tiene relaciones diplomáticas.
Para China, Parolin sugirió que "la forma podría ser diferente", al tiempo que señaló que el reconocimiento del Consejo de Obispos Chinos, controlado por el Partido Comunista Chino, se encuentra en la agenda.
Uno de los participantes de la conferencia fue el obispo de Shanghái, Joseph Shen Bin, nombrado por las autoridades chinas sin consultas con la Santa Sede. Su designación fue aprobada por el papa Francisco de forma retroactiva en 2023.
En septiembre de 2018, los dos países firmaron un histórico acuerdo provisional sobre el nombramiento de obispos en el territorio de China, lo que fue visto como un posible primer paso hacia el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre el Vaticano y el gigante asiático rotas desde 1951.