La cucaracha alemana ('Blattella germánica') es la especie de cucaracha más extendida y resiliente de las miles de especies de este insecto que hay en la Tierra.
Sin embargo, el origen de esta especie es enigmático, en parte, porque está omnipresente en todo el mundo en estructuras habitadas por humanos, pero ausente en los hábitats naturales.
En latitudes templadas y frías, las cucarachas simplemente se congelarían en el exterior, por lo que se ven obligadas a vivir con los humanos. Es decir, se convierten en especies sinantrópicas.
Los primeros registros históricos de la cucaracha alemana datan de hace 270 años en Europa central (de ahí su nombre). Sin embargo, un reciente estudio llevado a cabo por un equipo internacional de investigadores confirmó las anteriores suposiciones de que el centro de diversidad del género es asiático, donde se encuentran sus parientes más cercanos.
Para despejar el misterio de la evolución de la especie, los expertos analizaron los marcadores de todo el genoma de 281 cucarachas de 17 países de seis continentes, excepto la Antártida, detalla un comunicado del estudio publicado en The Conversation.
Un viaje en 'autostop'
La investigación confirmó que la 'B. germanica' evolucionó a partir de la cucaracha asiática 'Blattella asahinai' hace aproximadamente 2.100 años, probablemente, adaptándose a asentamientos humanos en la India o Myanmar.
Luego, los investigadores reconstruyeron la ruta de distribución del insecto utilizando modelos demográficos y evaluaron los escenarios más probables. Los resultados del estudio fueron publicados en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.
El modelo demostró que la cucaracha alemana partió del territorio de la India moderna o Myanmar en dos direcciones. Hace unos 1.200 años partió hacia Occidente, lo que podría deberse al desarrollo del comercio y de los ejércitos de los califatos islámicos. Mientras, la migración hacia Oriente comenzó hace unos 390 años y podría haber sido facilitada por el comercio colonial de Europa con el sudeste asiático, probablemente a través de las Compañías Holandesa y Británica de las Indias Orientales.
El momento modelado de la entrada en Europa, hace unos 270 años, coincide con los primeros registros históricos, datados del siglo XVIII. Luego, tras el desarrollo del transporte, el comercio mundial y el aumento de la comodidad de la vivienda, con la llegada de la calefacción y el agua corriente, la cucaracha alemana se instaló también en territorios que antes eran inadecuados o inaccesibles para la especie, como Rusia o Australia.