Brasil y China han adoptado una declaración conjunta en la que trazan un camino hacia el fin del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania.
El documento de seis puntos, firmado por Celso Amorim, asesor especial del presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, y el canciller chino Wang Yi, resalta que para Brasilia y Pekín las negociaciones son la única solución viable para la crisis ucraniana.
Además, abogan por una conferencia internacional de paz que tendría que celebrarse "en un momento oportuno y sea reconocido tanto por Rusia y Ucrania", cuente con "participación igualitaria de todas las partes" y sirva de plataforma para una "discusión justa sobre todos los planes de paz".
"Todas las partes deben crear las condiciones para la reanudación del diálogo directo e impulsar la distensión de la situación hasta la consecución de un alto el fuego integral", reza el documento.
Brasil y China instan a todos los países implicados a atenerse a los siguientes tres principios para distender la situación: no expandir el área de hostilidades, no intensificar los combates y evitar provocaciones.
También subraya la necesidad de impulsar la ayuda humanitaria a las regiones afectadas para evitar una crisis humanitaria a mayor escala. Asimismo, se indica que "ambas partes apoyan el intercambio de prisioneros de guerra" y rechazan los ataques contra instalaciones y civiles.
Asimismo, condenan el uso de armas de destrucción masiva, como las armas nucleares, químicas o biológicas. "Deben hacerse todos los esfuerzos posibles para prevenir la proliferación nuclear y evitar una crisis nuclear", subraya el documento, al tiempo que urge a que se eviten ataques contra centrales nucleares.
Brasilia y Pekín se oponen a que el mundo se divida en bloques políticos o económicos aislados y abogan por el incremento de la cooperación internacional en una amplia gama de ámbitos.
- Una conferencia internacional para abordar un plan de paz para Ucrania está prevista celebrarse en Suiza a mediados de junio. Delegaciones de más de 50 países participarán en la cumbre, pero el Gobierno suizo no ha invitado a Rusia.