El Gobierno de Colombia ha puesto en marcha una expedición de aguas profundas para explorar el naufragio del galeón San José, hundido en 1708 camino al puerto de Cartagena con unos 600 tripulantes a bordo tras sufrir un ataque de corsarios ingleses, y hallado en 2015 a unos 600 metros de profundidad.
"Asociado a la arqueología, la cultura y el patrimonio es la primera vez que hacemos un esfuerzo tan grande y en este Gobierno, particularmente, creer en las instituciones y en la capacidad que tenemos de hacer algo para mostrarle al mundo. Es un reto especial", dijo a la agencia EFE el jefe de Intereses Marítimos y Fluviales de la Armada de Colombia, Hermann León.
A estos efectos, la Armada puso a disposición el buque AC Caribe, que cuenta con la capacidad tecnológica para que equipos especiales puedan descender 600 metros y observar los restos del barco; labor que estará exclusivamente a cargo de científicos colombianos, porque la ubicación específica del hundimiento es un secreto de Estado, detalló el funcionario.
Del mismo modo, el pasado 23 de mayo, el Gobierno decidió declarar como área arqueológica protegida el lugar del naufragio y encargó al Instituto Colombiano de Antropología e Historia el liderazgo del equipo de científicos en el proyecto de seis fases, aunque se comunicó que también participarán otras instituciones del Estado como los ministerios de Cultura y Defensa.
"Queremos dejarle al país una misión científico-cultural que represente a Colombia. Hoy queda instalado un espacio científico para el patrimonio de todas y todos, para la educación", sostuvo el ministro de Cultura, Juan David Correa.
De su parte, León indicó que se trata de "la primera área arqueológica protegida de Colombia en el espacio subacuático, es la primera de América a esta profundidad" y recalcó que es la primera vez que Colombia emprende "un proyecto de investigación" de esa envergadura "bajo los principios universales de protección del patrimonio".
Tesoros y disputa
Aunque no hay certezas y mucho de lo que sobrevive como relato no ha podido ser comprobado fehacientemente, se cree que al momento de zozobrar, el galeón San José transportaba cofres con tesoros destinados al soberano español de entonces, Felipe V.
En 2015, el Gobierno del entonces presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, hizo público el descubrimiento, pero el hallazgo inmediatamente estuvo envuelto en polémica. La compañía estadounidense Sea Search Armada aseguró que halló el naufragio en 1982 y reclamó para sí la mitad del valor de la carga, que según cálculos equivaldría a 10.000 millones de dólares.
A las reclamaciones de propiedad de Sea Search Armada se ha unido España, que reivindica la propiedad del barco sobre la base de que en el momento del hundimiento, esos tesoros pertenecían a las arcas de la corona.
En 2018 se sumó un cuarto actor a la contienda: la nación Qhara Qhara de Bolivia. En su caso, afirman que disponen de documentación histórica acerca del origen de los tesoros que transportaba el galeón, que no sería otro que las minas de oro y plata del Cerro Sagrado de Potosí, en aquel tiempo parte del Virreinato del Perú.
Pese al hermetismo de Bogotá, se han divulgado fotografías sobre el naufragio, tomadas por un robot acoplado a un buque de guerra. Las imágenes revelaron la existencia de monedas en las inmediaciones del pecio, apunta Fox News.