Varios dirigentes de la Unión Europea (UE) se encuentran cada vez más desconfiados acerca del papel de liderazgo del bloque del presidente francés, Emmanuel Macron, y el canciller alemán, Olaf Scholz, tras las elecciones al Parlamento Europeo, que se realizarán del 6 al 9 de junio, recoge Politico.
Según la publicación, un nuevo grupo de líderes que busca protagonismo en el concierto europeo no está seguro sobre el desempeño del "legendario motor franco-alemán", percibiendo a los dos mandatarios como "patos rengos", denominación que se le da a alguien que está por dejar su cargo electivo en el corto plazo.
Entre las razones se señala la debilidad política de ambos en el frente interno y su incapacidad para inspirar confianza "en una visión compartida de la unión", así como su relación personal "notoriamente fría", lo que supone un nuevo riesgo para la UE. "Ambos presiden economías mediocres. Ambos enfrentan derrotas humillantes a manos de partidos de extrema derecha antes de las elecciones al Parlamento Europeo", se destaca.
"La combinación de debilidad económica, frialdad personal y debilidad política es tóxica", indica el medio, citando a críticos que advierten que tal situación podría socavar gravemente la autoridad de Macron y Scholz en las negociaciones sobre los principales cargos tras las elecciones europeas. "Una consecuencia inmediata es que la falla del motor franco-alemán hace que la carrera por los puestos más altos de la UE sea menos predecible", menciona la nota.
"No nos gusta cuando la pareja franco-alemana es demasiado fuerte, pero tampoco nos gusta cuando es demasiado débil, porque no se hace nada", afirmó a tono de broma un diplomático de un país europeo que habló con el medio bajo condición de anonimato.
Fisuras entre Alemania y Francia
Por otra parte, Politico subraya las fisuras en la relación entre ambos países, que dificultan ejercer su autoridad. Durante la primera visita de Estado de un presidente francés a Alemania en 24 años, Macron propuso este lunes en Dresde duplicar el presupuesto de la UE para impulsar la inversión en la industria europea, la IA y los proyectos ecológicos. Sin embargo, la reacción de Berlín fue de "[ruidos de] grillos y quejas a puerta cerrada", escribe el medio.
Otro punto de discrepancia es la relación con China. Scholz declinó la oportunidad de reunirse con el presidente chino, Xi Jinping, y su par francés a principios de este mes en París, al tiempo que su Gobierno se ha opuesto firmemente a una iniciativa francesa para investigar los subsidios a los vehículos del gigante asiático por temor a represalias.
¿Nuevos líderes?
Mientras la autoridad de los líderes francés y alemán se debilita, el primer ministro polaco, Donald Tusk, su homóloga estonia, Kaja Kallas, y la italiana Giorgia Meloni aprovechan esta oportunidad para incrementar su protagonismo.
"Italia ya no sigue a Francia y Alemania, sino que marca el camino", dijo a medios locales Meloni. "Si los italianos me ayudan, podemos cambiar Europa", agregó.