Tan solo unos días después de su investidura, el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, concedió una entrevista al periodista estadounidense Tucker Carlson, con quien habló de satanismo, oraciones y milagros en su lucha contra las pandillas.
Durante los 70 minutos de entrevista, publicada el miércoles, Bukele recordó que El Salvador era "literalmente la capital mundial del asesinato" y que, en solo tres años, se convirtió "en el país más seguro del hemisferio occidental".
Bajo su punto de vista, hubo una fórmula "oficial" y otra "real" en su batalla contra la delincuencia. La primera consistió en planificar una estrategia para fortalecer a la Policía y al Ejército y desplegar múltiples fases. "Lanzamos las fases y fuimos a por ellos", aseveró.
La otra fórmula, la "real", es que simplemente se produjo "un milagro". "Cuando las pandillas empezaron a contraatacar, mataron a 87 personas en tres días. Para un país de 6 millones de personas, es una locura. Sería el equivalente, multiplicado por 60, a tener 5.000 muertos en EE.UU. en cuestión de tres días", comparó.
"Una misión imposible"
Bukele contó que estaba reunido una madrugada con su equipo en su despacho cuando "todo empezó". Era finales de marzo de 2022. "Solo observábamos lo que sucedía e intentábamos pensar qué hacer (...). El problema con las pandillas es que no solo atacan a sus propios objetivos; cuando buscan sembrar terror, pueden atacar a cualquiera. Son capaces de asesinar a su abuela", aseguró.
Y continuó: "Estaban en todas partes y mataban al azar. ¿Cómo los puedes detener? Estábamos intentando pensar en qué debíamos hacer y dije básicamente: 'Estamos ante una misión imposible, así que oremos'".
Rezaron varias veces y pidieron a Dios "sabiduría y ganar la guerra". "Todas las personas de mi gabinete de seguridad son creyentes. Todos creen en Dios, somos un país laico, por supuesto, pero todos creemos en Dios", matizó.
"Una guerra espiritual y otra física"
Tras ese "estallido" de violencia, el mandatario terminó declarando la "guerra total" a las pandillas y decretó un estado de excepción, prorrogado múltiples veces, que suspende garantías constitucionales y, entre otras cosas, permite detenciones provisionales sin límites.
Los homicidios se desplomaron drásticamente, un hecho que el presidente usa para desestimar las críticas de las organizaciones de derechos humanos por el encarcelamiento de más de 70.000 personas, acusadas de pertenecer a las pandillas sin procedimientos ajustados a ley.
En la entrevista, Bukele afirmó que se han librado dos guerras, una espiritual y otra física, contra las pandillas, en particular, contra Mara Salvatrucha (MS-13), que, según dijo, realiza "rituales satánicos" y "sacrificios humanos".
Su "impresionante victoria" –destacó– se debe a que ganaron "la guerra espiritual muy rápido" frente al satanismo.
El sábado pasado, en su discurso de investidura, Bukele expuso su plan de crecimiento económico y consideró que su primer paso sería, una vez más, "buscar la sabiduría de Dios".
"¿Por qué no debería ser así [mencionar a Dios]?", sostuvo al ser preguntado por el periodista. Carlson dijo entonces que nunca escuchó a un líder de un país hablar de esa forma, a lo que el mandatario contestó: "Probablemente, se les ha olvidado representar al pueblo que los eligió".