El Instituto surcoreano de Finanzas Públicas (KIPF, por sus siglas en inglés) propuso en uno de sus recientes informes enviar a las niñas al colegio a una edad más temprana, con miras a solucionar el problema de la baja natalidad que se registra en el país asiático.
"Teniendo en cuenta que el desarrollo de los hombres va más lento que el de las mujeres, permitir que estas últimas entren en la escuela un año antes puede contribuir a que los hombres y las mujeres resulten más atractivos entre sí en el futuro, cuando alcancen la edad adecuada para contraer matrimonio", razonó la entidad en el informe de mayo, al formular recomendaciones fiscales y políticas para enfrentar el descenso estadístico de la población activa.
La sociedad surcoreana no apreció la idea, y la organización, financiada por el Gobierno, no tardó en recibir fuertes críticas por tamaña 'solución' para aumentar la natalidad. Basada en la premisa de que los hombres son sexualmente atraídos hacia mujeres más jóvenes, que a su vez se fijan en hombres mayores que ellas, fue tachada de "absurda" este lunes por el líder del Partido Demócrata, Lee Jae-myung.
El informe, por otra parte, puntualizó que tener ganas de casarse y conseguir citas "no significa que uno va a tener éxito en el noviazgo", por lo que el Gobierno debería implementar medidas para "organizar reuniones" entre hombres y mujeres y "fomentar el atractivo sexual y la sociabilidad".
Lo que en realidad se necesita para revertir la baja natalidad es implementar medidas fundamentales a nivel macroeconómico, expresó Lee. Shin Gyeong-a, profesora de sociología de la Universidad Hallym (Corea del Sur), sostuvo a su vez que "enviar a los ancianos al extranjero y hacer que la generación joven tenga bebés como si fueran productos estampados en las fábricas para aumentar la población activa, es opresivo y regresivo".
"Que un informe así, sin ningún tipo de escrutinio, haya sido publicado en un país democrático —por un instituto de investigación estatal que evalúa medidas para hacer frente a la baja natalidad en el futuro, nada menos— es ridículo", agregó. El instituto finalmente se vio obligado a aclarar en un comunicado que se trató de una opinión personal del autor y no una postura oficial.