El almirante Samuel Paparo, nuevo jefe del Mando Indo-Pacífico de EE.UU., afirmó que su país está preparando la respuesta militar a una posible escalada en el estrecho de Taiwán y de un conflicto armado entre las autoridades de Pekín y Taipéi, informa The Washington Post.
"Quiero convertir el estrecho de Taiwán en un infierno no tripulado utilizando una serie de capacidades clasificadas", declaró Paparo en una entrevista con el medio, explicando de este modo el plan 'Hellscape' del Ejército norteamericano, que prevé el despliegue de miles de submarinos, buques y aviones no tripulados en el estrecho de Taiwán.
Según Paparo, tal despliegue de drones en la zona ayudaría a retrasar el avance del Ejército chino y daría tiempo a EE.UU., Taiwán y sus aliados en la región a prepararse para un conflicto. "Así podré hacerles la vida imposible durante un mes, lo que me dará tiempo para el resto", aseguró. Las fuerzas estadounidenses ya iniciaron la preparación del plan 'Hellscape' con la construcción de drones, y mediante el programa 'Replicator', que tiene una financiación de 1.000 millones de dólares.
Nueva política militar de Taiwán
Mientras tanto, el nuevo ministro de Defensa de Taiwán, Wellington Koo, presentó la semana pasada a la Asamblea Legislativa su primer informe político, en el que expone la necesidad de la isla de preparar sus defensas y fortalecer los lazos militares con Washington. En el documento, Koo deja claro los aspectos clave de su política, entre ellos la búsqueda de financiación militar y asesoramiento sobre la reestructuración de las fuerzas por parte de Estados Unidos.
"Al mejorar nuestras capacidades de autodefensa e integrarnos en la estrategia Indo-Pacífica de EE.UU., Taiwán aspira a convertirse en un elemento disuasorio eficaz. Este enfoque en las capacidades de autodefensa es la prioridad clave del Ministerio de Defensa", sostuvo el ministro. En el documento se habla también de la reestructuración en curso del Ejército, que tiene como objetivo mejorar sus capacidades de combate, lo que incluye la resistencia, la movilización de la defensa civil y el fomento de la autonomía de la defensa.
Además se subraya que, para reestructurar a las Fuerzas Armadas y mejorar sus capacidades de combate, las autoridades taiwanesas "están aprovechando los mecanismos de comunicación existentes y colaborando con Estados Unidos en función de las necesidades operativas de defensa reales de Taiwán". Junto con los cambios en el Ejército, Taipéi también está instalando nuevos sistemas de defensa aérea y otras armas, como los misiles de crucero de ataque terrestre Hsiung Feng IIE y los misiles de crucero aire-tierra Wan Chien, aseveró Koo.
Asimismo, el ministro destacó que el Ejército recibirá la orden de ejercer el derecho de autodefensa si Pekín ataca Taiwán o sus islas periféricas, o entra sin permiso en un radio de 12 millas náuticas (22,2 km) de su espacio aéreo y aguas territoriales. "Los militares deberían defenderse y responder en proporción a la magnitud del ataque", manifestó.