El ministro de Defensa de Colombia, Iván Velásquez, aseguró este martes que el Ejército tiene prohibido bombardear zonas en disputa con grupos irregulares armados en los que se haya detectado la presencia de menores.
"Donde haya menores no hay bombardeos y eso es definitivo. Los bombardeos no están prohibidos, está prohibido que se bombardee donde haya menores", sostuvo el funcionario tras ser inquirido por la prensa sobre la reactivación de bombardeos en los departamentos del Cauca y Valle del Cauca.
Como argumento, Velásquez esgrimió que "todo menor que esté con esas organizaciones ilegales, es un menor reclutado forzosamente", por lo que "de ninguno de ellos se puede predicar siquiera su voluntad".
Ofensiva en marcha
En las últimas jornadas, el Ejecutivo liderado por el presidente Gustavo Petro anunció la culminación de la ofensiva en la zona del cañón del Micay (Cauca) contra el Estado Mayor Central, una disidencia de las antiguas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), en virtud del número creciente de atentados en esa región.
"La (sic) EMC del Cauca y el Valle vuelven a hacer lo que saben hacer: matar gente humilde del pueblo. Su camino, la codicia, para lo cual no les importa la destrucción de las comunidades. El EMC es una fuerza hostil al pueblo. El Ejército debe culminar la ofensiva en el cañón del Micay", sostuvo Petro en un mensaje que escribiera el pasado 12 de junio en su cuenta de X.
Asimismo, Velásquez ratificó que estaba suspendido el alto al fuego con esa organización armada en el suroccidente colombiano. En esa oportunidad, señaló al grupo de pretender "presionar al Gobierno para que renueve suspensiones de operaciones ofensivas" y descartó cualquier cese de la actividad militar.
"No hay ninguna situación específica en esta región del país propicia como para que se piense siquiera en posibilidades de cese al fuego", recalcó.
La víspera, el Ejército colombiano informó de la destrucción de dos viviendas que fueron impactadas por dos explosivos durante un enfrentamiento entre efectivos castrenses y miembros del EMC.
De hecho, la existencia de civiles atrapados en medio de fuego cruzado y afectados por el conflicto armado ha sido uno de los alegatos expuestos por Bogotá para suspender los diálogos con la organización insurgente y reanudar los combates.