El Ayuntamiento de Barcelona quiere abordar la dificultad del acceso a la vivienda, uno de los mayores problemas actuales en el conjunto de España, y ha puesto en el punto de mira las 10.101 viviendas de uso turístico que hay en la capital catalana.
Este viernes ha anunciado que se eliminarán todos los pisos turísticos de la ciudad en el periodo de cinco años. Así en noviembre de 2028 no deberá quedar ninguna vivienda dedicada a esta actividad.
Para llevarlo a cabo, el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, del Partido Socialista de Cataluña (PSC), deberá tener el visto bueno del Pleno del Consistorio, algo que no parece difícil teniendo en cuenta las posiciones de las formaciones políticas a izquierda y derecha del PSC.
En una comparecencia ante los medios, Collboni ha explicado que se trata de una actuación "de carácter estructural que afronta el principal problema de la ciudad y del país, como es el acceso a la vivienda", especialmente para la población más joven.
El regidor sostiene que se tratará de "un punto de inflexión" y de que "abrirán un debate político y social en la ciudad". Así, se pasa de la intención de reducir su número a contemplar su completa erradicación.
Este anuncio se produce en el marco del decreto del Gobierno de Cataluña que insta a los Ayuntamientos catalanes a redactar un plan urbanístico que fije cuántos pisos turísticos acepta tener, cifra que el Consistorio de Barcelona ahora deja en 0. Hasta ahora en la ciudad Condal no se admiten más licencias desde el año 2014, cuando se congeló su concesión.
"Eso nos va a permitir poner 10.000 viviendas en el mercado de alquiler o a la venta o, sencillamente, que tengan el uso residencial que seguramente nunca tendrían que haber perdido. Es como fabricar 10.000 nuevas viviendas en la ciudad en solo 5 años", ha explicado en la misma rueda de prensa la teniente alcalde de Urbanismo, Laia Bonet.
La ministra de Vivienda del Gobierno de España, Isabel Rodríguez, se ha felicitado por la medida: "De esto se trata, de hacer todos los esfuerzos necesarios para garantizar el acceso a una vivienda digna y asequible. Enhorabuena, Jaume Collboni, tienes todo mi apoyo en esta tarea", ha escrito en su perfil oficial de X.
¿Indemnización a los propietarios?
Tras este anuncio queda pendiente por conocer si los propietarios de las miles de licencias de viviendas de uso turístico de la ciudad, o su patronal, Apartur, abrirán un frente judicial contra el Ayuntamiento.
A este respecto, sobre la posibilidad de que hubiera que indemnizar a los propietarios que pierdan su licencia, Bonet ha sostenido que el plazo de cinco años que se da para la extinción de los permisos actuará como indemnización.
La teniente de alcalde ha explicado que se revisará el Plan de Alojamientos Urbanísticos y se eliminará directamente la categoría de pisos turísticos.
Apartur lo considera irresponsable
La patronal de Apartur tachó de "irresponsable y de una auténtica demagogia" la decisión tomada por el Ayuntamiento de Barcelona, asegurando que está condenando a la ciudad a la pobreza y al paro, mientras que será el fin del turismo familiar.
En una nota de prensa difundida en redes sociales, Apartur relata que los pisos turísticos representan el 0,77 % del total de la vivienda de Barcelona, una cifra "que no resolverá el problema de la vivienda" y que acabar con las licencias provocará "un efecto llamada a la proliferación de pisos turísticos ilegales".
Asimismo, la patronal alerta sobre "el peligro del crecimiento de la turismofobia". Además, defiende que estas viviendas representan el 40 % del alojamiento turístico de la ciudad, siendo su principal cliente las familias. "No quieren turismo familiar en Barcelona, ¿de verdad? Cuántas tiendas, restaurantes, museos tendrán que cerrar", dice el texto difundido.
Críticas del sindicato de inquilinos
Por su parte el Sindicato de Inquilinos ha reaccionado de manera crítica, calificando de "humo" la medida anunciada por Collboni.
Sostiene que no se trata de ninguna medida nueva, pues ya está recogida en el decreto del Gobierno catalán, y que se aplicará dentro de cuatro años, cuando puede que ya no sea alcalde.
Además, alega que si se retiran las licencias turísticas no significa que se vayan a dedicar a la vivienda de vecinos, sino que podrán pasar a nutrir los pisos en alquiler de temporada.
"Si quiere responder al clamor de miles de personas contra la masificación turística, lo que hace falta es acabar con la marca de una ciudad de macroeventos y congresos, de atraer a más turistas y visitantes", defiende esta organización.