El secretario parlamentario del ministro del Interior británico James Sunderland describió como "mierda" el plan para desviar a inmigrantes indocumentados a Ruanda, pero luego el propio ministro James Cleverly se disculpó por esta opinión.
Sunderland fue grabado manifestando esta actitud mientras explicaba el trabajo del Ministerio durante una reunión en abril con jóvenes conservadores.
"Lo que les diría es que —¿nadie tiene sus cámaras encendidas, sus teléfonos?— la iniciativa es una mierda, ¿vale? Es una mierda", dice el legislador en una grabación entregada a la BBC.
El político conservador, que busca la reelección en las elecciones del 4 de julio, aclaró que "no se trata de la política" sino de "los efectos de segundo o tercer orden".
Preguntado por el medio sobre dicha filtración, Sunderland comentó: "Me decepciona que me grabaran en un acto privado. Respondí con franqueza a las preguntas".
Por su parte, el ministro Cleverly comentó que las palabras de Sunderland "intentaron claramente crear un efecto dramático y captar la atención de los presentes". Además, indicó que defendió el efector disuasorio del plan, destinado a detener el flujo de indocumentados a través de La Mancha.
La publicación de la grabación no hizo esperar las reacciones de otros políticos. Así, la laborista Yvette Cooper, ministra del Interior del Gabinete de sombra, afirmó que "el plan de los conservadores para Ruanda ha quedado completamente al descubierto como un truco extorsionador y fallido". En ese sentido, instó a los 'tories' a ser sinceros ante el púbico y admitir "lo que obviamente dicen en privado", que el plan —que podría costar más de 600 millones de libras esterlinas (casi 760 millones de dólares)— "es una estafa total".
Por su parte, el liberaldemócrata Alistair Carmichae expresó que el plan "es un truco inmoral y costoso, y todo el mundo, incluidos los altos cargos conservadores, lo saben".