Representantes del Estado de Paraguay encabezaron un acto este lunes para pedir disculpas públicas por la muerte y torturas aplicadas a campesinos, en el marco de una protesta en 2003.
El acto de reparación fue encabezado por autoridades del Instituto Superior de Educación Policial (Isepol) y el ministro del Interior, Enrique Riera, y estuvo dirigido a los familiares de las víctimas, Eulalio Blanco, campesino que fue ejecutado por un agente policial, y su compañero Ernesto Benítez, quien sobrevivió luego de ser sometido a torturas.
Ambos fueron detenidos por la Policía Nacional cuando participaban de una manifestación de productores de cedrón en el departamento San Pedro, hace 21 años.
En el evento, el ministro Riera se dirigió a Florentina, viuda de Blanco, a quien ofreció disculpas en nombre del Estado paraguayo "por la irreparable pérdida". Y señaló que espera que el acto "contribuya a la reparación moral", reportó el medio Última Hora.
Sin embargo, reconoció que "no se pueden restablecer las cosas a su estado anterior", porque no se puede "devolver la vida que arbitrariamente le fue arrebatada a Eulalio Blanco".
En representación de los familiares de Blanco, Agripino Agüero pidió "que nunca vuelva a pasar una situación similar". Y añadió: "Un delincuente criminal disfrazado de policía no es policía".
Por su parte, Ernesto Benítez, el exdirigente campesino que fue torturado, aseguró: "Mi cuerpo es la radiografía, es la síntesis del dolor y la violencia que durante siglos soporta nuestro pueblo". Y afirmó que desde 1970 el Estado paraguayo fue moldeado para responder a los intereses de una minoría, que solamente está interesada en el dinero.