El Ministerio de Relaciones Exteriores de Bolivia convocó a la Encargada de Negocios de EE.UU., Debra Hevia, para hacerle un reclamo por presunta intromisión en asuntos internos.
De acuerdo con la Cancillería, el propósito del llamado a la diplomática es "hacerle conocer la preocupación y establecer un reclamo sobre una serie de pronunciamientos y acciones que se realizaron por parte del personal de la Embajada de EE.UU., que se consideran como una intromisión en asuntos internos".
"Bolivia promueve una política exterior basada en los principios de igualdad, no injerencia y respeto a la soberanía, en el marco de las normas del derecho internacional que regulan las relaciones diplomáticas. En esta línea, rechaza cualquier tipo de acción que promueva la injerencia en nuestro país, agrega el Ministerio de Exteriores en su breve comunicado.
¿Qué ha pasado?
Aunque la Cancillería no dio mayores detalles de lo sucedido, este comunicado surge 10 días después de que la Embajada de EE.UU. rechazara las declaraciones del ministro de Economía, Marcelo Montenegro, quien señaló a la sede diplomática de Washington en La Paz de gestar un plan de "golpe blando", según refiere La Razón.
El pasado 14 de junio, la Embajada de EE.UU. publicó en su cuenta en X que rechazaba "rotundamente las falsas declaraciones" hechas por Montenegro y que lamentaba "que una autoridad de Gobierno acuse a una misión diplomática sin ningún fundamento".
"La Embajada de EE.UU. reitera su compromiso con la democracia y el respeto a la soberanía de Bolivia", agrega el comunicado.
Un día antes, Montenegro identificó a esta sede diplomática, "otras embajadas" y a una alianza opositora como actores políticos detrás de un "plan de golpe blando" contra la administración de Luis Arce, según reseño entonces Ahora El Pueblo.
"Con toda claridad, todo esto es un plan que viene desde la Embajada de EE.UU., hay que señalarlo con toda claridad, y hay otras embajadas que están de alguna manera involucradas en un plan de golpe blando a la economía", mencionó.
Dijo que ello implica bloqueo en la Asamblea Legislativo e interrupción del libre tránsito en las carreteras para generar "un ambiente de caos en la economía".
Bolivia y EE.UU. no cuentan con embajadores desde septiembre de 2008, cuando el entonces presidente Evo Morales expulsó al embajador estadounidense Philip Goldberg, tras acusarlo de inmiscuirse en asuntos internos de la nación suramericana; y Washington tomó una decisión similar con el representante boliviano Gustavo Guzmán.